SANCTI SPÍRITUS.— La provincia de Sancti Spíritus ratificó su
vocación cumplidora en la zafra al convertirse este viernes en la
primera del país en superar su plan de producción de azúcar,
liderazgo que consigue de manera consecutiva durante las últimas
cinco campañas.
Tras 91 días de contienda, el territorio acumula un rendimiento
industrial de 11,31 —de 11,29 en plan—, muele al 71 % y el crudo
obtenido en sus dos ingenios (Uruguay, de Jatibonico y Melanio
Hernández, de Taguasco), la mayor parte destinado a la exportación,
clasifica como de alta calidad.
Según confirmó a Granma Juan Carlos Mursulí, director de
la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, el territorio logra un
crecimiento en relación con la campaña precedente que ronda el 20 %
en caña y, cuando se consuma el aporte adicional que actualmente
realiza el central Uruguay, pudiera llegar al 13,7 en azúcar.
Además de la producción azucarera, Sancti Spíritus sobrecumple
sus planes de entrega de energía al Sistema Electroenergético
Nacional —8 300 megaWatts hasta el día de ayer— y de elaboración de
alimento para el ganado vacuno (4 037 toneladas de miel, urea y
bagacillo).
Como novedad de esta zafra, la provincia debutó con la producción
de azúcar blanco directo mediante sulfitación en frío, tecnología
mucho más ecológica y económica, que si bien en esta ocasión no
satisface todas las expectativas, permitió la obtención de un
producto de excelente calidad y con perspectivas para su desarrollo
en Cuba.
Los principales directivos de la producción azucarera en Sancti
Spíritus identifican la eficiencia fabril y la estabilidad de la
fuerza técnica, específicamente en la industria, como elementos
definitorios en la consecución de los resultados de la presente
zafra, con la cual todavía el territorio queda al 61 % de su
potencial reconocido.
Mientras, las mayores insatisfacciones se concentran en la rotura
de las combinadas (solo por motores quedaron inutilizadas 18
máquinas), en el deterioro de la actividad ferroviaria, que
históricamente había sido un frente seguro y en el tiempo industrial
perdido, muy por debajo de la media nacional, pero superior al
conseguido aquí en los últimos años.
Concluida la molienda, los espirituanos migrarán a otros
territorios requeridos de apoyo como Mayabeque, Matanzas, Villa
Clara, Ciego de Ávila, Holguín y Santiago de Cuba.
Paralelo con el desarrollo de la cosecha, los productores
espirituanos son los únicos del país que logran crecimientos en las
diez labores principales de la agricultura cañera, lo cual los
coloca en situación de privilegio para el fomento de las
plantaciones una vez iniciada la primavera.