Cosmogonías habaneras

El arte cubano protagoniza la temporada en el Instituto Cervantes, de Roma

PEDRO DE LA HOZ, Enviado especial

ROMA.— Veinte artistas cubanos protagonizan la temporada primaveral en la sede del Instituto Cervantes de la capital italiana, mediante una exposición valorada por críticos y espectadores como una confirmación de la vitalidad, diversidad y consistencia en el oficio características de las artes visuales contemporáneas en la Isla.

El título de la muestra, Habana up, sitúa a los visitantes en el eje temático principal de las obras que ocupan la espaciosa y muy concurrida galería ubicada en la célebre Plaza Navona.

La Habana, con sus habitantes y construcciones, su atmósfera y subsuelo, sus realidades y metáforas, nutre el imaginario de los creadores, que toman como punto de partida las fotografías digitales ingeniosa y poéticamente manipuladas por Xavier Llovet González.

En efecto, se trata de una recreación sobre lo que ha sido previamente recreado, lo cual, en este caso, no es una camisa de fuerza, sino un estímulo para el despliegue de las poéticas personales de los artistas implicados en este proyecto, curado por Yohana Pírez Rodríguez y Giuseppe Ussani D’Escobar y en el que figura como invitado el pintor italiano Mirko Pagliacci.

Al introducir la muestra, Ussani D’Escobar afirma que "estos artistas son herederos espirituales de la completa experiencia fantástica que vive en el arte y a través del arte, del imaginario gótico hasta Bosch, personaje que rozaba la herejía y el espíritu libre y que seguramente veía en la naturaleza y el deseo erótico una expresión de lo divino y del misterio de lo divino sobre la tierra. La naturaleza de Bosch se insinúa por doquier en sus obras, cual fuerza desfragmentadora y sagrada, hasta asumir los contornos de lo humano; Wifredo Lam continúa viviendo a través de estos artistas y hace valer su voz sagrada y misteriosa".

En las paredes del Cervantes se observa, desde la impronta de veteranos artistas, como el maestro Rafael Zarza, hasta quienes irrumpieron en la primera década del siglo XXI.

Los espectadores gozan con el corrosivo y pulcro humor de Eduardo Abela Tornás, las simpáticas calaveras de Julio César Peña, y las tensiones abstracto-figurativas de Andy Rivero, pero también se dejan seducir por el refinamiento de las composiciones de Isolina Limonta, la coherencia conceptual de Yasbel Pérez y el perfil instalativo de Max Delgado.

Todos aportan sus visiones a estas cosmogonías habaneras: Alejandro Saínz, Ariel Izquierdo, Carlos del Toro, Darán Fernández de la Fuente, Elio Yoel Valdivia, Ismael Vantour, Jorge Ríos, Juan Carlos García, Liudmila López, María del Rosario Chamart, Norberto Marrero y Orlando Montalván, complementados por el material audiovisual realizado por Rubén Cruces y Lázaro Peña Rodríguez.

"La exposición —comentó a Granma Manuel García Crespo, agregado cultural de la Embajada de Cuba en Italia— ha tenido un doble impacto: por un lado demuestra la fuerte personalidad del arte cubano en el contexto latinoamericano actual; por otro, abre al público de este país una ancha puerta para el entendimiento de nuestra realidad cultural".

 

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