Entonces, el productor vinculado al Decreto-Ley 259 en la
Cooperativa de Créditos y Servicios Jorge Alfonso, contesta claro lo
inquirido: "Porque en mis 13,42 hectáreas desarrollamos con éxito
diferentes subprogramas del movimiento como los de frutales, granos
y hortalizas, porcino, avícola, acuícola, suelos y abonos orgánicos,
alimento animal o uso natural del agua, entre otros".
En su caballería, donde labora junto a su hijo —técnico
veterinario—, y dos contratados, emplean la lombricultura y
biofertilizantes elaborados a partir de residuos de cosecha con
estiércol. "Así no solo sustituimos importaciones de agroquímicos,
sino además mantenemos la vitalidad de las tierras", observa el
agricultor.
La lombricultura la utilizo con el fin de obtener el humus, una
verdadera bendición para los cultivos, complementa José.
Motivo de encomio ha sido su colector —de 3 200 metros cúbicos—
de agua de lluvia, para emplearla durante el periodo de seca y con
la cual riega sus plantaciones a través de un sistema suministrado
por la dirección del Programa y el Ministerio de la Agricultura.
Dicha esfera y la ganadera son sus especializaciones básicas.
Las yuntas de bueyes las emplea cada jornada, en el surco son
compañeras indispensables, significa el entrevistado.
En pos de impulsar el rescate de las frutas escasas o no
tradicionales —aclara que ese es el concepto manejado por el doctor
Adolfo Rodríguez Nodal, jefe del Grupo de la Agricultura Urbana y
Suburbana; no el de "exóticas"— se propuso la siembra de 57
especies, entre las cuales destaca la de Jagua (emblemática de
Cienfuegos, pero desconocida, subraya); anón, canistel, caimito,
marañón, chirimoya, carambola o níspero, por citar solo algunas.
Avanzado en el subprograma porcino en el contexto de los pequeños
productores del territorio, cría 200 cerdos, y al terminar el 2011
había entregado a la industria 35 toneladas de carne.
Fomenta, asimismo, la expansión del pavo criollo (guanajo) y el
subprograma de polinización con la llamada abeja de la tierra.
El reconocido productor cienfueguero afirma que el 80 % de sus
producciones las distribuye a través de su cooperativa, mientras que
el margen restante lo destina al consumo familiar.
En la última faena en la que anda absorto José hoy día es en la
apertura de un aula de capacitación para los campesinos de la zona
para, bajo los preceptos científicos preconizados por el programa de
la Agricultura Urbana y Suburbana, instruirlos en un mejor uso de
los suelos, empleo de recursos y métodos de labor.
Él es un hombre incansablemente feliz, pues suele premiarse el
sacrificio. En virtud de esas maneras de multiplicarse suyas, bien
ganada tiene la distinción nacional que se granjeara.