Al menos seis personas murieron este viernes en Haití tras un
derrumbe, provocado por fuertes lluvias, que destrozó varias casas
en la ciudad de Puerto Príncipe, informaron las autoridades.
De acuerdo con la Dirección de Protección Civil (DPC), el deslave
ocurrió en la localidad de Morne Calvaire, una villa miseria situada
sobre una colina de Puerto Príncipe, reporta Prensa Latina.
Las precipitaciones caen desde hace dos semanas sobre el país,
donde unos 500 mil damnificados del terremoto de enero de 2010 viven
aún en frágiles carpas de lona.
Varios barrios sufrieron inundaciones, algunas casas, daños
menores y varios canales están obstruidos, informó en un reporte la
DPC.
De acuerdo con Naciones Unidas, Haití necesita con urgencia unos
54 millones de dólares para evitar un resurgimiento del cólera y
ayudar a los damnificados del terremoto de enero de 2010 en la
venidera temporada de lluvias.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),
un total de 491 mil personas, unas 120 mil 791 familias, duermen en
más de 660 campos ubicados en las regiones azotadas por el sismo.
En uno de los primeros balance realizado en julio de 2010 por la
OIM, la cifra de damnificados era de un millón y medio.
Para la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA),
de Naciones Unidas, los refugiados viven en condiciones infrahumanas
de vida y necesitan ayuda urgente, principalmente ante la llegada de
la temporada lluviosa.
La OCHA criticó recientemente las condiciones de vida de los
desplazados en los campamentos, donde abundan las violaciones, los
gérmenes y las amenazas de expulsión por parte de los dueños de los
terrenos.
Datos de la Red Haitiana de Derechos Humanos indican que en cada
campo un promedio de 112 personas se benefician de una sola letrina
y solo 18 por ciento de esos lugares cuentan con lavatorios de manos
y cara.
En otros lugares, la situación es peor, como en Petit-Goave
(sur), donde hay una letrina por cada 141 personas, una ducha por
cada 185 y no existe ningún dispensario o centro de salud, afirma la
institución civil.
Las cifras estiman que solo 48 por ciento de los desplazados
accede al agua potable.
Las condiciones sanitarias también son críticas en el resto del
país, señala la OCHA, pues más de dos años después del sismo las
calles siguen llenas de escombros, charcos y basura.
Pese a que Naciones Unidas anunció la limpieza de más de la mitad
de esos desperdicios, aún quedan por remover más de cinco millones
de metros cúbicos de ellos, una cantidad similar a la capacidad de
dos mil piscinas olímpicas, según datos oficiales.
Los escombros proceden de los más de 80 mil edificios destruidos
con el temblor del 12 de enero de 2010, que dejó 300 mil muertos,
según cifras oficiales del gobierno.