Haití
necesita con urgencia unos 54 millones de dólares para evitar un
resurgimiento del cólera y ayudar a los damnificados del terremoto
de enero de 2010 en la venidera temporada de lluvias, denunciaron
hoy organizaciones civiles locales.
"La comunidad humanitaria solicita con urgencia 53,9
millones de dólares para el período mayo-junio, que permitirían
mantener los servicios en los campamentos para todos aquellos que no
hayan podido abandonarlos antes del comienzo de la estación de
lluvias y huracanes" (de junio-noviembre),indicó un comunicado.
La pasada semana, la Oficina de Coordinación de
Asuntos Humanitarios (OCHA) denunció que unos 65 mil damnificados
del sismo están en peligro por las inundaciones durante la temporada
de lluvias.
La dependencia de Naciones Unidas alertó además ante
el peligro de un pico en la epidemia de cólera, que desde octubre de
2010 costó la vida a más de siete mil personas y contagió a casi
cinco por ciento de la población.
De acuerdo con la OCHA, las precipitaciones que
cayeron sobre esta capital la semana pasada causaron daños
considerables a cinco campos de refugiados, por lo que los
perjuicios podrían ser mayores en los próximos meses.
En uno de los primeros balances realizado en julio
de 2010, la cifra de damnificados era de un millón y medio.
"Esta situación se une a las ya difíciles
condiciones de los campos amenazados por la marcha de los actores
humanitarios obligados a partir por falta de fondos", afirmó el
comunicado.
La agencia expresó preocupación por la falta de
fondos para la ayuda humanitaria a Haití, cuya capital y periferias
quedaron devastadas tras el terremoto de enero de 2010.
"Con este nivel de financiación, la comunidad
humanitaria no será capaz de entregar la ayuda necesaria al gobierno
haitiano para la preparación de la estación de lluvias y la estación
de los ciclones", indicó.
Datos de la Red Haitiana de Derechos Humanos indican
que en cada campo un promedio de 112 personas se benefician de una
sola letrina y solo 18 por ciento de esos lugares cuentan con
lavatorios de manos y cara.
En otros lugares, la situación es peor, como en
Petit-Goave (sur), donde hay una letrina por cada 141 personas, una
ducha por cada 185 y no existe ningún dispensario o centro de salud,
afirma la institución civil.
Las cifras estiman además que solo 48 por ciento de
los desplazados accede al agua potable.
Las condiciones sanitarias también son críticas en
el resto del país, señala la OCHA, pues casi dos años después del
sismo las calles siguen llenas de escombros, charcos y basura,
informó PL.