El Consejo de Seguridad advirtió hoy sobre un
eventual resurgimiento del conflicto entre Sudán y Sudán del Sur y
un empeoramiento de la situación humanitaria, con el consecuente
daño a la población civil.
El órgano de 15 miembros emitió una declaración de
prensa, leída por su presidente, el embajador británico Mark Lyall
Grant, para expresar su preocupación y alarma por los choques
militares registrados en la frontera entre ambos países vecinos.
El documento demanda el cese de las operaciones y de
la violencia en el área limítrofe y urge a las autoridades de Jartum
y Juba a abstenerse de acciones que puedan afectar la seguridad y la
estabilidad.
En ese sentido, menciona la necesidad de que ambos
gobiernos eviten el apoyo directo o indirecto a los grupos armados
en el territorio del otro.
Asimismo, exhorta al diálogo para resolver de manera
pacífica los asuntos que alimentan la desconfianza entre los dos
países, entre ellos los relacionados con el petróleo, la violencia
en la frontera, los problemas de ciudadanía y la cuestión de la
región de Abyei.
Además, instó a respetar el memorándum de
entendimiento sobre no agresión y cooperación suscrito por los dos
gobiernos en febrero pasado y a aprovechar la próxima reunión del
mecanismo de seguridad y política conjunta para resolver la actual
crisis.
Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad condenó las
acciones de los grupos armados que buscan el derrocamiento de
cualquiera de los dos gobiernos y reafirma el compromiso de la ONU
con la soberanía e integridad territorial de Sudán y de Sudán del
Sur.
El órgano también destacó la urgencia de suministrar
ayuda humanitaria para enfrentar la grave crisis en los estados
sudaneses de Kordofán del Sur y Nilo Azul.
La víspera, el secretario general de la ONU, Ban Ki-mon,
difundió otro comunicado que demandó el cumplimiento de los acuerdos
firmados por ambos países en materia de seguridad y fronteras y
sobre la región de Abyei.