Celia fue feliz por ser útil, por haber tenido la oportunidad de
contribuir con su sacrificio y con su esfuerzo a la emancipación
definitiva de su Patria.
Muchas de las innumerables y heterogéneas instituciones del país
a partir del triunfo de la Revolución son criaturas nacidas de su
esfuerzo y dedicación, entre ellas las relacionadas con la atención
a la población.
Nutridas hoy por una legión de jóvenes que no tuvieron la
oportunidad ni la dicha de conocer a su inolvidable creadora, su
función, sentido de solidaridad y comprensión constituyen improntas,
a cuyo legado sus trabajadores han sido fieles durante este medio
siglo.
Las insuperables hazañas, el aleccionador ejemplo y la total
consagración del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y de Celia en
torno a los temas de atención a la población, constituyen una
verdadera cátedra y el magisterio que trazó el rumbo por el que
hemos transitado desde el Primero de enero de 1959, aunque sus
antecedentes datan de su quehacer en la Sierra Maestra, cuando Celia
se interesó por los asuntos concernientes a la población.
Fue así que desde su entrada a La Habana con multiplicado
espíritu, creciente voluntad y de forma anónima, su responsabilidad
adquirió una nueva dimensión al estar, junto a Fidel, en contacto
directo con el pueblo.
Entre las múltiples tareas de Celia, la atención a la población
fue priorizada, lo que confirma, una vez más, el principio de que es
algo consustancial e inseparable a la Revolución, una tarea de
primer orden de los jefes de cada órgano, organismo, empresa o
entidad administrativa de sus estructuras de dirección colectiva, y
de todos los dirigentes, cuadros y funcionarios.
El hecho de que sea el pueblo el verdadero protagonista de la
obra edificada y la garantía suprema de su continuidad histórica,
dota de una gran importancia hasta el más mínimo detalle de sus
palabras u opiniones, pues ello permite un mejor funcionamiento de
la sociedad.
La atención a la población, además de ser un derecho
constitucional del ciudadano, es un termómetro que mide la actuación
de los cuadros de la administración estatal, un instrumento de
extraordinaria significación política y una valiosa fuente de
información, pues el conocimiento de criterios y puntos de vista,
muchas veces referidos a focos de problemas, dificultades y errores,
si se utilizan bien pueden convertirse en valiosos instrumentos de
trabajo.
Consciente de esa realidad, la dirección de la Revolución ha
llamado, una vez más, a ofrecer respuestas rápidas y eficaces a los
asuntos de la población. Y en tal sentido la Conferencia Nacional
aprobó en su Objetivo No. 16 "exigir y comprobar que en las
instituciones y en el propio Partido, se preste oportuna y debida
atención a las quejas, denuncias y otros asuntos planteados por la
población y que las respuestas se brinden con el rigor y celeridad
requeridos".
En la lucha porque prevalezcan la verdad, la justicia y los
principios que posibilitarán soluciones para impulsar el desarrollo
socioeconómico y alcanzar formas de institucionalización más
democráticas en la administración estatal y poder avanzar en el
fortalecimiento y consolidación del Socialismo, están inmersos
cientos de hombres y mujeres, porque como dijo Fidel, el 15 de junio
de 1960: "Encontrar soluciones a los problemas (... ) será siempre
una victoria más, encontrar soluciones será un fortalecimiento más
de la Revolución Cubana".