Camagüey.—
Una mesa redonda acerca del papel de la cultura culinaria en las
realizaciones audiovisuales clausuró ayer viernes los análisis del
XVIII Taller Nacional de Crítica Cinematográfica.
Inaugurada el martes, la cita concluyó con la evocación de una
faceta que tiene un elevado impacto en numerosas obras. Las
exposiciones en la sesión final subrayaron la validez del empleo de
ese recurso, a partir del concepto de que la alimentación es uno de
los componentes de la cultura, en su amplio concepto de modo de
existencia del hombre.
Uno de los ejemplos del asunto concierne al filme de Tomás
Gutiérrez Alea La última cena, en el cual ubica la trama en
el contexto de la esclavitud en el país y refleja una comida en una
antológica secuencia de alrededor de 50 minutos.
Integraron el panel, Olga García, Desiderio Navarro, María Esther
Abreu y Frank Padrón. Padrón es autor de Co-cine, uno de los
cuatro libros cubanos laureados en la primera etapa clasificatoria
del concurso Gourmand World Cookbook Awards.
El encuentro trató, además, el cine de Cuba de los años 70 del
siglo XX, con elementos como la producción de documentales.
Entre quienes participaron también en la cita figuran los
críticos Joel del Río, Luciano Castillo y Juan Antonio García, el
realizador Enrique Pineda Barnet y el actor Carlos Ruiz de la
Tejera.