Plantean nombrar “lesiones no intencionales” a los “accidentes”

José A. de la Osa
delaosa@granma.cip.cu

foto: pastor batistaNi como "cosas del destino" ni como "fatalidad" proponen los científicos calificar los accidentes, esos sucesos o acciones eventuales de las que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas, y plantean nombrarlos lesiones no intencionales, lo que consideran eliminaría "la carga de inevitabilidad" implícita en la palabra accidente, que hace pensar que nada podría hacerse para prevenirlos.

Esa "gran verdad" nos la enseñó un eminente pediatra cubano ya fallecido, el profesor José Jordán Rodríguez, quien afirmaba que los accidentes "ni son tan inevitables ni tan accidentales", dice la doctora Milagros Santacruz Domínguez, coordinadora nacional del Programa de Prevención de Accidentes del Ministerio de Salud Pública.

Pone de relieve la especialista que los accidentes (léase siempre lesiones no intencionales) constituyen un importante problema de salud pública, situados entre las cinco primeras causas de muerte en Cuba en todas las edades durante los últimos años.

El principal problema en los menores de 20 años son los accidentes del tránsito y los ahogamientos por inmersión, que se destacan por sus graves consecuencias de invalidez y muerte. También las quemaduras, las intoxicaciones y las caídas sobresalen por su importancia.

En la última Encuesta Nacional de Accidentes realizada en el país, los niños menores de 4 años fueron los de mayor accidentabilidad, seguidos por los de 5 a 9, y ambos grupos etarios totalizaron el 63,2 % del total de lesionados requeridos de asistencia médica. Más de la mitad de los accidentes ocurrieron en el hogar, en la calle, carretera o áreas de parqueo.

La doctora Santacruz valora como "el lado oculto de los accidentes" los que ocurren en el propio hogar", que califica como "una mayoría silenciosa". Es por ello fundamental, subraya, que estemos imbuidos de la necesidad de que niños, niñas y adolescentes permanezcan y transiten por ambientes seguros y protegidos, y el primero debe ser el lugar donde habitamos.

 

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