Actualizado 12:05 p.m. hora local

Agricultores griegos se organizan contra la especulación de alimentos

Lo llaman la revuelta de la patata, pues empezó con este alimento, pero el movimiento amenaza con abarcar cada vez más productos, y hoy en numerosas áreas del país los productores griegos se organizan contra los especuladores.

Días atrás, en la ciudad norteña de Nevrkopi, un pequeño agricultor decidió poner a la venta su producción de patatas entre los vecinos al mismo precio que fijan los intermediarios, pero muy por debajo del marcado para los consumidores finales.

El ejemplo cundió por toda Grecia y ahora son decenas las ciudades donde la está en práctica, incluso en varios distritos de la capital y en Tesalónica, la segunda ciudad del país.

El pasado domingo un pequeño grupo de activistas de la ciudad de Katerini convocó a productores y consumidores y en unas horas distribuyeron más de 75 toneladas de patatas entre un millar de personas, a un precio ínfimo comparado con el fijado en los comercios, señaló Prensa Latina.

Muchas personas se quejan de que mientras caen los ingresos familiares debido a los continuos y drásticos recortes gubernamentales, los precios de los alimentos continúan al alza, por lo que demandan una acción directa productores-consumidores.

A su vez, los agricultores denuncian que los mediadores los presionan a la baja con el precio de compra mientras especulan con productos procedentes de Macedonia o Bulgaria, cuyo coste es menor, e inundan los supermercados.

El resultado, según detalla el diario Ethnos, es un aumento medio de los precios para el consumidor final del orden del 164 por ciento, aunque zanahorias y tomates, por ejemplo, sobrepasan ampliamente este margen: 277 y 263 por ciento de incremento, respectivamente.

Por el momento los intercambios directos se limitaron a las patatas, pero los campesinos de la isla de Creta anunciaron que pronto procederán con el aceite de oliva y la Federación Nacional de Criadores con la carne de cordero, muy consumida durante la cercana Semana Santa.

Varios ayuntamientos griegos estudian la posibilidad de ampliar la iniciativa a otros productos y comenzaron a recoger los pedidos de los vecinos por teléfono e, incluso, mediante Internet.

Como era de esperar la peculiar revuelta preocupa a los intermediarios, afirman medios de prensa.

 

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