Milicias islamistas intensificaron sus ataques contra posiciones
del Ejército en el sur de Yemen, elevando a más de 140 la cifra de
soldados muertos en las últimas horas y 55 los detenidos, informaron
hoy fuentes militares.
Si bien la agencia oficial de noticias SABA omitió reportes sobre
la confrontación entre las fuerzas armadas yemenitas y los
irregulares vinculadas a la red Al-Qaeda en las provincias de Abyan,
Hadramaut y en Adén, voceros castrenses reconocieron violentos
combates desde el domingo.
Un parte aseguró el lunes que 107 uniformados perdieron la vida
durante una emboscada de grupos islamistas radicales en la zona de
Jaar, Zinjíbar y Wadi Dawfas, en la demarcación de Abyan, lo que
unido a las bajas letales del domingo y esta mañana, superan las
140.
Los irregulares identificados como una rama de Al-Qaeda en la
Península Arábiga (AQPA) se infiltraron en el desierto por detrás de
las líneas del Ejército y lanzaron un ataque sorpresivo contra bases
militares, incautando gran cantidad de armas y arrestando a 55
hombres.
El vocero del Ministerio de Defensa dijo a medios locales que los
milicianos arrestaron a los soldados y los pasearon por las calles
de Jaar, un poblado cercano a Zinjíbar, capital de Abyan, que
permanece en manos de AQPA desde mayo de 2011, cuando gobernaba Alí
Abdulah Saleh.
Por otro lado, fuentes locales indicaron que un comando islamista
ligado Al-Qaeda mató en Adén a un oficial de la agencia de espionaje
norteamericana CIA, aunque otras aludieron a un ataque sin víctimas
a un equipo de seguridad estadounidense que entrenaba a soldados.
Analistas consideraron que la ofensiva islamista es la respuesta
de Al-Qaeda a la promesa del nuevo presidente yemenita, Abdo Rabbo
Mansour Hadi, de priorizar la lucha contra la rama de la red
terrorista en el país, continuando con el apoyo de Estados Unidos.
La confrontación continuará hasta que barramos al último
terrorista, tanto en Abyan como en cualquier otro lugar, dijo Hadi
durante una reunión con un diplomático británico y poco después de
emitir un decreto para reemplazar al jefe de la Región Militar Sur.
El mandatario también nombró a un nuevo gobernador y un director
de seguridad en Adén, y se prevé destituya como jefe de la Región
Militar Oriental y la Primera División Blindada al general Mohamed
Alí Mohsen, quien respaldó a los manifestantes que exigieron la
renuncia de Saleh.
Por otro lado, las Guardias Republicana, comandada por Ahmed
Saleh, un hijo de Saleh, y la Presidencial, encabezada por el
sobrino de éste, brigadier Tareq Mohammed Saleh Abdulah Saleh,
impusieron estrictas medidas de vigilancia alrededor de la
residencia del exgobernante.
Las autoridades políticas y militares temen que se pueda intentar
un atentado en contra del exjefe de Estado, ante la eventual
decisión de permanecer en el país y reanudar sus actividades
políticas, en lugar de exiliarse o someterse a la justicia, como
reclaman sus detractores, reportó Prensa Latina.