BUENOS AIRES. — Diputados nacionales y senadores oficialistas y
de la oposición reafirmaron este sábado la legítima e
imprescriptible soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas, así
como la vocación por el diálogo y la paz.
En un documento suscrito esta tarde en Ushuaia, Tierra del Fuego,
los 45 integrantes de las comisiones de Relaciones Exteriores del
Congreso de la Nación rechazaron además la persistente actitud
colonialista y militarista que mantiene Gran Bretaña en el Atlántico
Sur.
Los Diez puntos de Ushuaia subrayan que el gobierno de Londres no
sólo vulnera los legítimos derechos soberanos de Argentina, sino
también desconoce las Resoluciones de Naciones Unidas que instan a
buscar una solución pacífica, justa y duradera en la denominada
Cuestión de las Islas Malvinas.
El texto, reseñó la agencia de noticias Telam, condena del mismo
modo las ilegítimas acciones unilaterales del Reino Unido en materia
pesquera e hidrocarburífera, y advierte sobre el potencial peligro
de un desastre medioambiental en el Atlántico Sur.
En ese sentido, reafirma la voluntad de los legisladores de
acompañar todas las decisiones que conviertan a la República
Argentina en un activo participante de las acciones de protección
del medio ambiente en la Antártida y el Atlántico Sur.
Por otra parte, expresa un profundo agradecimiento a los
gobiernos de Chile, Uruguay y Brasil, que reiteraron el compromiso
asumido de impedir el ingreso a sus puertos de barcos identificados
con la bandera ilegal de las Islas Malvinas.
Agradece asimismo el apoyo recibido del MERCOSUR y Estados
Asociados, la OEA, la UNASUR, la CELAC y el ALBA, así como grupos bi-regionales
o regionales como la Cumbre Iberoamericana, la Cumbre América del
Sur África, la Cumbre de países Suramericanos y Árabes, y el Grupo
de los 77 más China.
En 1833, la flota británica ocupó por la fuerza las Islas
Malvinas y desalojó de forma generalizada a la población y a las
autoridades argentinas, que pacífica y activamente ejercían los
legítimos derechos que le corresponden.
Argentina, recordó recientemente el canciller Héctor Timerman,
nunca consintió este despojo. Se trató de un vergonzoso acto
imperialista, inscripto en la voluntad expansionista de la corona
británica.