El presidente Barack Obama propondrá al Congreso rebajar la tasa
impositiva máxima sobre las empresas de un 35 por ciento a un 28 por
ciento, en su primera incursión para reformar el código tributario
estadounidense.
Según un funcionario citado por el diario The New York Times en
la propuesta del mandatario, aireada durante su última gira por
varios estados del país, también se establecería un impuesto mínimo
sobre los ingresos de las corporaciones multinacionales extranjeras
para desalentar la fuga de empresas al exterior, reporta Prensa
Latina.
La fuente indicó que la opción es financiar la rebaja con la
eliminación de docenas de lagunas tributarias que usan las compañías
para pagar menos impuestos.
Aunque el tema de la reforma tributaria está latente entre los
retos del legislativo, analistas estiman que con un Congreso
polarizado y en pleno año electoral, difícilmente el asunto
progrese, aunque dará al mandatario argumentos en su campaña para
las elecciones presidenciales de noviembre.
La propuesta es vista con buenos ojos por el sector empresarial,
ya que sus miembros se quejan porque la alta tasa los pone en
desventaja frente a compañías de otros países.
Durante el gobierno del presidente Ronald Reagan fue aprobada una
reforma del código que elevó los impuestos corporativos hasta el 35
por ciento.
La iniciativa será presentada este miércoles por el secretario
del Tesoro, Timothy F. Geithner, y la misma pudiera iniciar un
debate con los republicanos que son partidarios de recortes aún más
bajo para las empresas, agrega el Times.
Recientes análisis indican que 115 de 500 grandes empresas en el
índice bursátil Standard Poor pagaron una tasa total del gravamen de
menos de 20 por ciento durante un período de cinco años.
Asimismo un estudio de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno
en 2008 encontró que el 55 por ciento de las empresas
estadounidenses no pagó tributos federales sobre la renta durante al
menos un año en un período de siete años que estudiaron.
Por otra parte, a principios de este año, Obama propuso poner fin
a las exenciones fiscales para las empresas que trasladan empleos al
extranjero y favorecer a las que traen puestos de trabajo al país.
En la propuesta de gobierno, sin embargo, no se incluye reformar
el código tributario para las personas, lo que la Casa Blanca
incluye entre sus metas para el futuro.