El Departamento de Empleo británico emprendió a comienzos de este
año un programa de "aprendizaje laboral", que fuerza a jóvenes
desempleados a trabajar sin remuneración económica, reveló
recientemente el diario británico The Guardian.
Los afectados hacen jornadas de hasta 30 horas semanales en
importantes cadenas de supermercados, donde pueden permanecer hasta
dos meses sin salario y sin garantías de obtener un contrato fijo.
Por si esto fuera poco, una vez que los jóvenes inician el
programa no pueden abandonarlo. El Departamento de Empleo británico
cortaría inmediatamente el subsidio que reciben por estar en paro.
Atrapado en esa trampa legal se encuentra James Rayburn. A sus 21
años compone y limpia, gratuitamente, estanterías en una sucursal de
la cadena de supermercados Tesco, que el pasado año ingresó cuatro
mil millones de euros libres de impuestos. "Nadie me informó que
tenía una semana para rechazar el puesto, y ahora me dicen que me
quedaré sin subsidio si lo abandono", aseguró Rayburn a The Guardian.
Ese no fue el acuerdo anunciado en enero por el Gobierno
conservador de David Cameron. El mandatario dijo entonces que el
programa tenía carácter voluntario, pero las autoridades del sector
aclararon que una vez que el parado expresa su interés —incluso de
forma verbal— por participar, se quedará sin la ayuda pública si lo
deja.
Mientras las economías europeas sufren la ingesta del festín
neoliberal, esta historia demuestra que el sistema capitalista, como
el hombre que se ahoga, hará cualquier cosa por sobrevivir, incluso
volver a la esclavitud.