Ayer
fue sepultado en la capital cubana Manuel Labarrera, maestro de la
percusión que por más de dos décadas y hasta su deceso el último
lunes formó parte de la base rítmica de la orquesta Los Van Van,
donde ejecutó las tumbadoras e hizo equipo con el baterista Samuel
Formell y Julio Eladio Noroña en el güiro.
Juan Formell, fundador y director de la legendaria agrupación
cubana, lamentó la pérdida de un músico que se caracterizó por su
permanente entrega tanto en la escena como en el estudio de
grabación.
Su presencia en la banda fue resaltada en una improvisación de
Pedrito Calvo cuando lo llamó: "Manolo, el tumbador de la sonrisa
amplia".