Coordinada por el ICAIC y la embajada de Gran Bretaña en La
Habana, el ciclo, que se extenderá hasta el miércoles 29,
comprenderá seis largometrajes producidos en los últimos tres años.
La inauguración correrá a cargo de Monstruos, de Garreth
Edward, que se suma a la larga lista de filmes que abordan, con
tintes catastrofistas y un suntuoso despliegue de efectos
especiales, el supuesto arribo al planeta de criaturas
extraterrestres.
De un director debutante, Ben Wheatley, a quien la crítica asocia
con la poética del inquietante Ken Loach, se exhibirá Down
Terrace, calificada como una oscura y perturbadora comedia de
surrealismo social. También en clave de comedia, pero sin las
pretensiones de la anterior cinta, se presentará Esqueletos,
ópera prima de Nick Whitfield.
Pago justo, de Nigel Cole y con el protagonismo de los
conocidos Rally Hawkins, Bob Hoskins y Miranda Richardson, revela
una historia real de luchas sociales que traerá a los espectadores,
inevitablemente, referencias actuales. Narra la insumisión de un
grupo de mujeres trabajadoras de una planta de la Ford que en 1988
fueron a la huelga por reivindicaciones salariales y trascendieron
el reclamo al constituir un movimiento de más vasto alcance.
A los más veteranos cinéfilos se le removerán las fibras de la
nostalgia al contemplar una nueva versión de El mar profundo
y azul, aquel drama de amor y transgresión que Anatole Litvak
llevó a la pantalla a mediados de los 50 con una Vivien Leigh en la
cúspide de su carrera. Solo que ahora, en la versión de Terence
Davies rodada en el 2011, el rostro y la pasión pertenecen a Rachel
Weisz.
La muestra incluye, además, uno de los más publicitados proyectos
de realización que se hayan llevado a efecto a tenor con los medios
digitales y el auge de la red de redes: La vida en un día.
Producida por Ridley Scott (Los duelistas y Blade Runner)
y armada por Kevin McDonald, la película muestra en poco más de hora
y media la selección de los 80 mil videos y 4 500 horas enviados al
canal YouTube desde todos los continentes el 24 de julio del 2010
para dar testimonio de lo que les sucedió o lo que presenciaron ese
día cada uno de los remitentes. Un crítico de The Washington Post
calificó el resultado como una producción "alternativamente
divertida, aterradora, aburrida, conmovedora, amateur y preciosa,
algo notablemente espectacular".