Después
de dos años de penumbras y aún sin reponerse completamente de las
tragedias que lo han azotado, Haití celebra por todo lo alto sus
tradicionales carnavales desde la noche del último domingo y hasta
el día 23 de febrero. En las fiestas populares, que tienen como sede
oficial la ciudad sureña de Les Cayes, se prevé participen más de
tres millones de personas.
Para garantizar la efectividad de la celebración, el gobierno del
presidente Michel Martelly reforzó la red de seguridad y logística
en el Departamento Sur y solicitó, junto al Ministerio de Salud, el
servicio de atención de la Brigada Médica Cubana (BMC).
El doctor René Díaz, jefe de los 70 colaboradores cubanos que
trabajan en la localidad, explicó a Granma que para
implementar la asistencia médica, la BMC activó un puesto de mando
en Les Cayes; así como reforzó la actividad quirúrgica y asistencial
en el Hospital Departamental y en los Hospitales Comunitarios de
Referencias de Aquin y Port Salut, ciudades subsedes del carnaval.
"Hemos coordinado también el trabajo con el personal haitiano que
labora en estas instituciones para cubrir la demanda de auxilios que
pueda llegar a los hospitales. Lo que se quiere es que el pueblo
tenga momentos de alegría y satisfacción", manifestó el galeno.
La fiesta nacional ha despertado el entusiasmo y la algarabía en
la población. En todas las calles se respiran los aires y el
jolgorio de una celebración que, al menos durante cinco días, motiva
y alegra a los habitantes.
El carnaval haitiano, uno de los más coloridos del Caribe antes
del terremoto del 2012, se caracteriza por espectaculares desfiles
de trajes y máscaras, que exhiben las tradiciones culturales, y por
la participación de los músicos más reconocidos del país. Este año
la festividad ha atraído a cientos de turistas y la ciudad sede se
ha beneficiado con la pavimentación de las calles, la mejoría del
servicio eléctrico, la limpieza y organización de los canales y la
centralización de las marché (mercados).