El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, evitó este
martes pronunciarse sobre las brutales cargas policiales contra
estudiantes en Valencia, escenario de manifestaciones por los
recortes presupuestarios en la enseñanza pública.
Interrogado en Londres sobre los violentos incidentes de los
últimos días en esa ciudad española, Rajoy rehuyó las críticas
hechas a su administración por la desproporcionada actuación de los
agentes antidisturbios frente a las protestas de jóvenes inermes,
reporta Prensa Latina.
En rueda de prensa junto al primer ministro británico, David
Cameron, el jefe del Ejecutivo ibérico se limitó a pedir serenidad y
mesura a sus compatriotas, para que no se repitan acontecimientos
como los vividos en las calles de Valencia.
Tras admitir que la situación en España es difícil, como en otros
países europeos sometidos a duras medidas de ajuste, el también
líder del conservador Partido Popular (PP) llamó a los ciudadanos a
hacer un esfuerzo para estar a la altura de las circunstancias.
Aún así, aseguró que el Palacio de la Moncloa (sede del poder
central) adopta decisiones de forma justa y equitativa, y puso de
ejemplo su proyectada reforma laboral, que el pasado domingo fue
rechazada en las calles por cientos de miles de personas.
Es la hora de la serenidad y la responsabilidad y, desde luego,
no podemos dar una imagen fuera que no es la de nuestro país, indicó
el gobernante, luego de que su ministro del Interior, Jorge
Fernández, reconoció que pudo haber algún exceso en el desempeño del
cuerpo armado.
Capital de la comunidad autónoma del mismo nombre, Valencia,
distante unos 360 kilómetros de Madrid, es foco desde el pasado
miércoles de manifestaciones de alumnos del Instituto de Educación
Secundaria Lluís Vives.
Los jóvenes, convocados por redes sociales, protestan contra los
recortes en la educación pública decretados por el gobierno
regional, también encarnado por el oficialista PP.
Las autoridades de la Comunidad Valenciana, una de las regiones
más endeudadas de España, anunciaron a principios de año un plan de
austeridad que incluyó subidas de impuestos y rebajas en las
partidas de sanidad y educación por más de mil millones de euros.