No se arrepiente. No siente remordimientos. Al dictador argentino
Jorge Videla le fallan la memoria y la conciencia, si es que alguna
vez las tuvo. Defiende la actuación de las fuerzas armadas de su
país durante la dictadura (1976-1983). Afirma, incluso, que el
actual gobierno de Cristina Fernández y antes el de su esposo
(Néstor Kirchner), solo buscan venganza con sus juicios a los
militares.
"Son parte de esa venganza, de ese castigo colectivo con que se
quiere penar a todas las Fuerzas Armadas", apunta Videla, quien
además pide su libertad condicional a la Justicia argentina.
Impunemente desconoce y manipula las cifras de muertos y
desaparecidos (30 mil) durante la etapa de terror en la que gobernó.
Las estima solo en 7 mil, según la cantidad de reclamaciones de
indemnización presentadas en la época de Carlos Menem (1989 a 1999).
El mismo que lo indultó en 1990.
¿Qué hay de los vuelos de la muerte, asesinatos, secuestros,
torturas? ¿Qué hay de las vidas truncadas de esa, según Videla,
"minoría no representativa" que se dejó llevar "por esa tendencia
izquierdista y tercermundista, politizada a favor de un bando"?
Videla encabezó el golpe de Estado que derrocó el Gobierno
constitucional de María Estela Martínez de Perón (1973-1976). Años
después se vanaglorió diciendo que su guerra salvó al país de "los
jóvenes idealistas que quisieron imponer una cultura ajena a nuestro
tradicional estilo de vida, occidental y cristiano". Su amnesia lo
hace invocar la vieja retórica para justificarse: "Querían tomar el
poder político para implementar un sistema marxista", por eso, "ante
la inoperancia de la Justicia hubo que apelar a los uniformados".
Videla se ha enfrentado a varias causas por los delitos cometidos
en cada uno de los centros clandestinos de detención y por un
homicidio precedido de secuestro y tortura. El dictador realizó una
presentación para que se le conceda el beneficio de la libertad
condicional sobre la condena que la Cámara Federal le dictó en 1985
en el "Juicio a los Comandantes". Además, reclamó que se le extienda
al resto de sus procesos judiciales
Las condenas y los juicios, a partir de la decisión política del
fallecido expresidente Néstor Kirchner y el seguimiento de la actual
mandataria Cristina Fernández, devuelven la esperanza a muchos
argentinos que aún esperan, que mantienen viva la memoria de los
miles de desaparecidos, víctimas de la represión y la intolerancia
política. Además, por dignificar una lucha que marcó la historia
reciente de un país.