Bien pudiera ser esta la primera parte de una saga de saltos y
verdades para los clavadistas cubanos, y ojalá no la última, pues en
el mismísimo Centro Acuático de Londres, uno de los escenarios de
los próximos Juegos Olímpicos, cuatro cubanos buscan desde ayer su
boleto en la XVIII Copa del Mundo, entre 220 clavadistas de 40
naciones, incluidas las potentes escuadras de China, Rusia,
Alemania, Canadá y México, por solo citar algunas.
Para José Antonio Guerra, Jeinkler Aguirre y Annia Rivera
(plataforma), y Jorge Luis Pupo, nada fácil será lograr su objetivo,
a pesar de haber cumplido los varones una base de entrenamiento de
tres semanas en Montreal, Canadá. Annia, recientemente recuperada de
una lesión, tendrá que sacar el extra para acceder a las semifinales
y de paso ganarse un pasaje, en lugar de esperar la repesca del
adiós el próximo domingo 26, solo en las modalidades individuales.
Las mayores opciones para todos estarán en las pruebas
individuales, de donde saldrán con boletos los 18 de calificaciones
más altas, mientras que en el sincronizado de plataforma
Guerra-Aguirre intentarán colarse entre los cuatro agraciados para
sumarse a las duplas de China, Alemania y Ucrania, medallistas
mundiales en Shangai’11, y los británicos por su condición de sede.
Tomemos como referente sus ubicaciones en la edición precedente
de Changzhou’10: el experimentado Guerra fue quinto con 511 puntos,
mientras Jeinkler (437.45) culminó en el escaño 14. Nuestros
representantes en el trampolín fueron el ya retirado Jorge
Betancourt y el entonces juvenil Abel Ramírez, ubicados en los
puestos 20 y 30, por ese orden.
De repetir dichas ubicaciones desde los diez metros, tanto Guerra
como Aguirre clasificarían, y por sus resultados y madurez
deportiva, también pudiera conseguirlo el pinareño Pupo en el
trampolín.