Irán condenó este martes toda forma de terrorismo al negar
acusaciones de Israel sobre su supuesta implicación en atentados
contra objetivos diplomáticos en Georgia e India, y tildó tales
imputaciones parte de una guerra psicológica antiiraní.
Al rechazo de las autoridades de la República Islámica se sumó la
refutación categórica del portavoz del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Ramin Mehmanparast, de cualquier tipo de vínculo entre
esta nación y los referidos ataques a personal de las embajadas
israelíes, reporta Prensa Latina.
El régimen sionista tiene un serio record de acciones criminales
contra la humanidad, y es el primer sospechoso de cualquier
operación terrorista en el mundo, declaró el vocero al calificar de
infundadas las acusaciones sionistas.
Tel Aviv culpó a Teherán de estar detrás de la bomba detectada en
un carro de su embajada en Tbilisi y de la explosión de un artefacto
en Nueva Delhi, donde resultó herida una funcionaria, añadiendo más
tensión al diferendo entre ambos gobiernos.
El portavoz persa recordó que la República Islámica es la mayor
víctima del terrorismo, mientras Israel y sus aliados son las
principales fuentes del terrorismo en el mundo.
Las acusaciones y el desmentido se produjeron en momentos de
preocupante escalada antiiraní por parte de Estados Unidos, su
aliado Israel, y la Unión Europea (UE) contra el Gobierno de
Ahmadinejad para forzarlo a detener su programa nuclear pacífico.
Jefes militares y líderes políticos iraníes advirtieron que si se
incrementan las presiones y la soberanía del país se ve amenazada,
podrían cortar el flujo marítimo por el Estrecho de Ormuz, por donde
diariamente son transportados unos 15 millones de barriles de crudo.
Ese volumen de hidrocarburo equivale al 90 por ciento de las
exportaciones del Golfo Pérsico y el 40 por ciento del consumo
mundial de petróleo, de acuerdo con estadísticas oficiales
regionales.
Precisamente, autoridades del vecino emirato de Kuwait alertaron
que ningún país árabe del Golfo Pérsico posee un plan de
contingencia para el Estrecho de Ormuz, en caso de que el
recrudecimiento de las sanciones o una agresión militar lleve a Irán
a clausurarlo.
La fuente citada por medios en Ciudad de Kuwait señaló que si los
países del Golfo fueran a considerar un plan de emergencias
examinarían aumentar el uso de un oleoducto de 745 millas denominado
Petroline, que enlaza el oriente de Arabia Saudita con el Mar Rojo.
Otra opción, agregó el funcionario no identificado, sería
recurrir al oleoducto que suministra 1,5 millones de barriles
diarios y atraviesa Abu Dhabi hasta llegar al puerto de Fujairah,
justo en el sur del estratégico y angosto estrecho.