Casi todos los partidos políticos con representación
parlamentaria criticaron este viernes la reforma laboral aprobada
por el gobierno conservador español, al considerarla una agresión a
los derechos de los trabajadores.
El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Cayo
Lara, hizo un llamado a responder en la calle a esta nueva embestida
del ejecutivo de Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular (PP),
contra los derechos sociales conquistados durante tantos años,
reporta Prensa Latina.
Lara precisó en rueda de prensa que a su coalición
no le gusta ni la música ni la letra de esta enésima transformación
del mercado de trabajo en España, que con más de cinco millones de
parados ostenta el índice de desempleo más alto de la Unión Europea
(UE).
Resulta esencial, mediante la movilización ciudadana
y las organizaciones sindicales, frenar las pretensiones del
gobierno, remarcó el líder de IU y presidente del grupo La Izquierda
Plural en el Congreso de los Diputados (Cámara baja).
Como parte de las duras reformas estructurales
exigidas por la UE y el Fondo Monetario Internacional, la
administración de Rajoy aprobó este viernes por decreto una
legislación que abarata los despidos y precariza el empleo.
Con su flamante normativa, el PP rebajó el coste de
indemnización por despido improcedente a 33 días por año trabajado,
desde los 45 actuales, y con un tope de 24 mensualidades, frente a
las 42 vigentes.
Según la ministra española de Empleo, Fátima Báñez,
quien tachó de histórica la reforma, el despido procedente (por
causa justificada) será de 20 días y 12 mensualidades.
A juicio de Lara, el texto, lejos de generar más
puestos de trabajo, hace el despido más barato, y en consecuencia
más fácil, legaliza el trabajo precario y abre la puerta a que las
empresas, incluso sin pérdidas, puedan desprenderse de algunos
empleados.
La norma también fue criticada por el Partido
Socialista Obrero Español, principal de la oposición, que la
calificó de decretazo, por mediación de su portavoz en la comisión
de Empleo de la Cámara baja, Jesús Caldera.
Caldera censuró que el ejecutivo reduzca de forma
generalizada los derechos de nueve millones de trabajadores con
contratos ordinarios.
En su opinión, la nueva ley hace posible que
cualquier despido sea objetivo y se pague una indemnización de 20
días por año trabajado.
Para la diputada Olaia Fernández, la reforma está
configurada al modo de la patronal, hecha a su servicio y a medida
de sus intereses.
Es evidente que será una medida extremadamente
agresiva con los trabajadores, advirtió la legisladora del Bloque
Nacionalista Gallego.
El PP está haciendo lo que destila su ideología
económica, siempre al servicio de los que más tienen, denunció
Fernández.
Subrayó la obediencia debida del PP a los dictados
más regresivos de la UE, empeñada en medidas de ajustes y recortes
que perjudican a las mayorías sociales que son las que están pagando
las consecuencias de una crisis financiera.
Lo que necesita España es fomentar la contratación,
no dejar vía libre al despido, opinó por su parte Alfred Bosch, de
Esquerra Republicana de Cataluña, tras fustigar el texto sancionado
por el Consejo de Ministros.