La Eurozona impuso a Grecia nuevas y más duras condiciones antes
de aprobar un paquete de rescate financiero, considerado hoy como
indispensable para evitar la bancarrota inmediata del país heleno.
Tras una reunión de la troika, integrada por los ministros de
Finanzas del grupo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Central Europeo, se acordó dar al primer ministro Lukas Papademos un
plazo hasta el próximo miércoles para acatar estos requisitos,
reflejó Prensa Latina.
En primer lugar, exigieron que a más tardar el domingo el
parlamento griego apruebe y convierta en ley el plan de extremo
rigor presupuestario adoptado por la coalición de partidos políticos
representados en el gobierno.
Dicho programa fue impuesto por la Unión Europea y contempla la
eliminación inmediata de 15 mil empleos públicos, la reducción en 22
por ciento del salario mínimo y el recorte en distintas partidas del
gasto público por valor de tres mil millones de euros.
Piden, además, una rebaja de las pensiones para los jubilados por
un monto de 300 millones de euros, único punto en el que los líderes
políticos griegos no alcanzaron consenso.
La segunda demanda de la Eurozona consiste en hacer economías
suplementarias por 350 millones de euros en el presupuesto de 2012,
lo cual implica nuevos recortes en detrimento de la población
griega.
Un informe detallado sobre este nuevo ajuste debe ser entregado
por las autoridades de Atenas el miércoles de la semana venidera.
Finalmente, la troika exige que los partidos miembros del
ejecutivo heleno den garantías políticas de su compromiso para
llevar a cabo estos ajustes.
El severo plan de austeridad tendrá un impacto muy fuerte para la
población y los trabajadores, que iniciarán hoy una jornada de
protesta de 48 horas.
La troika y las autoridades griegas se reunirán de nuevo en esta
capital el miércoles para decidir sobre la entrega del rescate.