Crecer en el camino de la igualdad social

Entrevista a Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL

LAURA BÉCQUER PASEIRO

Foto: YAIMÍ RAVELOLa Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) fue establecida por el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas en 1948, para contribuir al desarrollo económico regional, coordinar acciones encaminadas a su promoción, y reforzar las relaciones económicas entre los países. Posteriormente, su labor se amplió a las naciones del Caribe y se incorporó el objetivo de promover el desarrollo social. Su sede central es en Santiago de Chile y cuenta además con dos sedes subregionales: una para América Central, ubicada en México; y otra para el Caribe, en Trinidad y Tobago.

Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva del organismo desde el 2008, conversó con Granma sobre la manera en que la región ha lidiado con la crisis y sus valoraciones sobre el proceso de actualización del modelo económico cubano.

El escenario de crisis financiera exige rediscutir el rol del Estado para impulsar el crecimiento, ¿cuál es su opinión al respecto?

"La CEPAL habla de un papel renovado del Estado porque estamos saliendo de un periodo en el cual quedó bien claro que el mercado autorregulado no fue la solución, no nos ayudó a resolver los graves problemas distributivos que tenemos. Somos la región más desigual del mundo y eso se debe, en gran medida, a que el modelo basado solamente en el mercado, lleva a una mayor desigualdad. Por definición esta propuesta siempre privilegia a los ganadores y no porque sea bueno o malo, sino porque la asignación de recursos se realiza bajo otros criterios.

"Nosotros pensamos que el papel del Estado es esencial para regular un mercado que sea capaz de estimular la iniciativa, la innovación, la productividad, la eficiencia, pero siempre con un esquema muy claro de cuáles son los objetivos de desarrollo que se persiguen. Es el Estado quien puede regular la actividad económica para lograr que las ganancias de productividad se distribuyan de forma más equitativa.

"Cada país debe decidir el tipo de modelo que quiere buscar, el tipo de equilibrio que debe existir entre el Estado, las entidades productivas y la sociedad. Ese es el llamado pacto social. Y también pasa por un pacto fiscal donde la ciudadanía decide qué tanto contribuye e invierte en su propio progreso. Esa tasa tributaria es lo que va a generar los ingresos hacia el futuro. El Estado crea las políticas para instrumentar la estabilidad y el crecimiento económico, el desarrollo productivo, la promoción de empleo y una mayor igualdad social.

"Es por ello fundamental redefinir el papel del Estado para generar las condiciones adecuadas que lleven hacia un desarrollo sostenible con igualdad. O sea, proponer una visión en la que el Estado ocupe un papel central en el crecimiento económico y social".

¿Cuál es la capacidad real de la región de enfrentar la crisis?

"La crisis económica que impactó con gran fuerza a la región en el 2009, puso en evidencia los déficit estructurales que obstaculizan el progreso en América Latina, y abrió interrogantes sobre su capacidad de enfrentar el nuevo escenario.

"La crisis echó por tierra el progreso social en América Latina. Al consolidarse como el lugar más desigual del mundo, se creó un problema cuya solución pasa por replantearse la forma en la que el Estado fue relegado de las decisiones económicas en las pasadas décadas.

"Sin embargo, la región ha logrado aprender muchas cosas del pasado. Creo que tiene una prudencia macroeconómica, una disciplina económica mayor. Ha aprendido a manejar la inflación, la deuda externa y las finanzas públicas con mayor precaución. América Latina ha sabido acumular reservas internacionales, pero sobre todo ha entendido que una sociedad que esté mucho más eslabonada en materia social, es mucho más fuerte ante las crisis.

"Por otro lado, todavía tenemos muchos desafíos. Uno de ellos es cómo aumentar la inversión en infraestructura, en materia productiva. Preservar la capacidad de mantener el gasto social, especialmente para aumentar el capital humano, y concentrar la inversión en infraestructura productiva y social.

"En general, creo que la región ha campeado esta crisis mucho mejor que otras zonas. Advertimos una desaceleración del crecimiento, pero no una caída tan fuerte como en otros lugares. Esta resistencia se debe, fundamentalmente, a que se ha sabido responder con estímulos fiscales, programas sociales, comerciales, entre otros".

Bárcena también se refirió al proceso de actualización del modelo económico que se desarrolla en Cuba.

"En estos Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido se está definiendo cómo avanzar hacia políticas más sólidas y sostenibles de financiamiento para el desarrollo, que provenga de su propia productividad, y con mecanismos de solidaridad. El país ha hecho un compromiso muy serio de cumplir. Veo un ambiente de enorme entusiasmo por implementar, ir adelante, revitalizar, construir.

"Queda claro también que Cuba busca un equilibrio entre lo que el Estado puede resolver por sí mismo y lo que requiere de un pacto entre él y la sociedad para llevar adelante un proyecto de país.

"Aquí hay una oportunidad maravillosa para crear una base fiscal progresiva y progresista, que contrasta con otros países donde la política fiscal es inadecuada porque los impuestos se fijan al consumo, y no al patrimonio y a las ganancias de productividad.

Una política fiscal requiere un criterio de solidaridad, lo cual no es un tema en cuestión para el sistema cubano, dado que este es por definición equitativo y solidario.

"El gran desafío es cómo preservar lo magnífico de los logros de la Revolución en materia de salud, educación, igualdad social; cómo consolidar estos logros sociales a través de la sostenibilidad de la economía.

"En los discursos del Presidente Raúl Castro he visto con mucha claridad y con mucha apertura la importancia de combatir la corrupción. Me ha impactado la forma tan explícita en la que se ha abordado el tema. Una forma muy valiente de decir que este proyecto de socialismo, de Revolución, puede tener solamente un gran enemigo: la corrupción".

 

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