La amplia repercusión internacional de los volúmenes
SIDA, confesiones a un médico, y SIDA, nuevas confesiones a un
médico fue destacada hoy por su autor, el doctor Jorge Pérez, quien
ha dedicado un cuarto de siglo al estudio y tratamiento de esa
enfermedad.
Ambos títulos presentados en la fortaleza de San
Carlos de la Cabaña como parte de la fiesta literaria habanera, han
despertado el interés de los lectores de Colombia, Perú, Argentina,
Brasil, Estados Unidos, entre otros países, aseveró Pérez, reporta
Prensa Latina.
Muchos han sido los mensajes recibidos, y siempre
destaco el de una colombiana quien me expresó que el primer libro no
se los leyó, se los bebió.
Publicados por la Casa Editora Abril, el primer
volumen reseña los inicios del VIH en Cuba, y el segundo da
continuidad al tema, en el cual se devela a través de testimonios
los nuevos rostros de ese flagelo en la actualidad cubana.
El también director del Instituto de Medicina
Tropical Pedro Kourí, aunque no se considera escritor, ofrece
diferentes aristas de los conflictos que padecen hijos, padres y
hermanos en su entorno familiar, que subyacen detrás de los
seropositivos.
También aborda los dilemas del personal y las
instituciones de salud que trabajan con estos pacientes y los
esfuerzos del gobierno por disminuir su incidencia y erradicarla.
El especialista insistió en su mensaje a los jóvenes
que, a pesar del trabajo de promoción para prevenir ese flagelo, el
SIDA sigue aumentando.
Lo que he escrito tiene detrás muchas lágrimas,
dolor y sufrimientos .
Por su parte, la directora del Centro Nacional de
Educación Sexual, Mariela Castro, en su calidad de presentadora,
destacó el valor antropológico y humano de ambos volúmenes.
Estamos en presencia de un ejemplo ético de cómo
debe actuar un especialista, un profesional de la salud. Gracias a
su gran compromiso humano, siempre busca nuevas soluciones, y lo más
interesante es que la búsqueda la hace desde el diálogo .
Según la directiva, el autor conversa constantemente
con sus pacientes, familiares y compañeros y funcionarios de la
salud.
"El no impone criterios, porque desde la plática se
pueden lograr cambios de conductas", concluyó.