Los cuerpos de 10 guatemaltecos fueron identificados
entre los cadáveres de los 72 migrantes masacrados por el
narcotráfico en 2010 en el estado mexicano de Tamaulipas,
confirmaron hoy las autoridades.
Un comunicado conjunto recoge la declaración
ofrecida por la jefa del Ministerio Público (MP), Claudia Paz, y el
ministro de Relaciones Exteriores, Harold Caballeros, acompañados
por el embajador de México en Guatemala, Eduardo Ibarrola.
Los restos fueron ubicados en una fosa del municipio
de San Fernando, Tamaulipas, e identificados gracias a muestras de
ADN de los familiares cotejadas por la Procuraduría General de la
República (PGR) de México.
El 30 de mayo de 2011 la Cancillería recibió la
denuncia de la desaparición en México de 53 guatemaltecos que
viajaron con rumbo a Estados Unidos sin documentos legales y la
presentó en el MP para iniciar la investigación, según la nota
oficial.
La Fiscalía General y la cartera de Relaciones
Exteriores solicitaron y obtuvieron de la PGR un acuerdo de
asistencia legal mutua entre las instituciones de investigación
penal de los dos países.
Todo el proceso posterior llevó a identificar
plenamente los cuerpos, indica la nota, que destaca la importancia
de la colaboración internacional para hacer frente a la criminalidad
de la cual son víctimas los migrantes.
Añade que se hacen las coordinaciones para agilizar
la repatriación de los restos mortales de los 10 guatemaltecos
masacrados a manos del crimen organizado que opera y ataca a esas
personas en su tránsito por territorio mexicano.
El gobierno de México reafirma su más profunda
solidaridad con Guatemala y con los familiares de las víctimas y su
decisión de continuar con las investigaciones de estos hechos hasta
sus últimas consecuencias y el proceso de identificación de cuerpos,
señala.
Hasta la fecha más de 79 personas están siendo
procesadas en relación con esos crímenes, asegura el comunicado
conjunto.
La matanza fue descubierta cuando el 24 de agosto de
2010 las autoridades mexicanas hallaron 72 cuerpos en una fosa en el
interior de un rancho en San Fernando, a donde los condujo la
declaración de un ecuatoriano que logró escapar de los asesinos.
Los cadáveres correspondían a 58 hombres y 14
mujeres de varias nacionalidades interceptados en su viaje hacia
Estados Unidos por integrantes del grupo criminal Los Zetas, quienes
los masacraron al negarse a servir de sicarios en esa agrupación,
informó PL.