El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advirtió
este miércoles sobre las consecuencias de la crisis en el norte de
Malí y llamó a los rebeldes antigubernamentales a detener la
violencia y dialogar con las autoridades.
El titular de la ONU expresó su profunda preocupación por los
enfrentamientos armados entre el grupo Tuareg y las fuerzas del
gobierno, en un comunicado distribuido por el vocero oficial de la
organización mundial, Martin Nesirky, reporta Prensa Latina.
La nota señala que ese conflicto puede tener un extenso impacto
desde el punto de vista humanitario, con muertos y heridos y miles
de personas desplazadas de sus lugares de residencia para buscar
abierto en países vecinos.
El secretario general condena el uso de la violencia como medio
para conseguir objetivos políticos y llama a los grupos rebeldes a
cesar sus ataques de manera inmediata y emprender conversaciones con
el gobierno para resolver sus diferencias, agrega el texto.
La víspera, la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los
Refugiados anunció el inicio de operaciones para asistir a unas 20
mil personas que huyeron de los choques en el norte de Malí.
Los pobladores buscaron refugio en las vecinas Níger, Burkina
Faso y Mauritania tras estallar los combates el pasado 17 de enero y
romperse un acuerdo firmado en 2009 por el gobierno maliense y el
Movimiento de Liberación Nacional de Tuareg.
Según la ONU, unas 10 mil personas han llegado a Níger en las
últimas tres semanas, otras nueve mil alcanzaron Mauritania, y tres
mil arribaron a territorio de Burkina Faso.