Contra los reclamos de Pakistán, un avión teledirigido de Estados
Unidos descargó hoy dos misiles sobre un supuesto refugio de
insurgentes en la noroccidental provincia de Waziristán del Norte y
mató al menos a 10 personas.
Fuentes militares pakistaníes sobre el terreno dijeron a medios
de prensa que el ataque también causó un número indeterminado de
heridos, algunos de ellos de gravedad, por lo que la cantidad de
víctimas mortales podría aumentar.
El bombardeo se produjo contra una casa de la localidad de Tappi,
asentada en una región tribal de Waziristán del Norte fronteriza con
Afganistán, advirtió Prensa Latina.
Fue esta la cuarta incursión de los drones norteamericanos desde
su prohibición por Islamabad luego el 26 de noviembre, cuando un
ataque aéreo de la OTAN a puntos de control fronterizo mató a 24 de
sus soldados.
El gobierno pakistaní también exigió a Washington evacuar la base
de Shamsi, en la también noroccidental provincia de Baluchistán,
desde donde operaba los aviones-robot en su guerra contra los
talibanes, y actualmente mantiene bajo revisión las relaciones con
Estados Unidos.
Aunque la campaña de bombardeos con aviones no tripulados sobre
Pakistán comenzó en 2004, fue a partir de agosto de 2008, bajo la
administración del presidente Barack Obama, cuando se sistematizó.
De entonces a la fecha se han producido más de 250 ataques con un
saldo de unos mil 800 muertos, según Washington, miembros de grupos
rebeldes asociados a Al Qaeda.
Sin embargo, con harta frecuencia gente inocente es víctima
errónea de los drones, lo que genera en la población un natural
sentimiento antiestadounidense.
Hace unos días, líderes políticos y religiosos agrupados en el
Consejo de Defensa de Pakistán exigieron al Gobierno desentenderse
de la alianza anti-talibán con Estados Unidos y formular políticas
independientes solo en interés de la nación.
Uno de sus reclamos, expresado por el general Hamid Gul, fue
tomar medidas para evitar de una vez por todas el accionar de
aparatos teledirigidos sobre territorio nacional.