La cifra de muertos ascendió hoy a 55 en el terremoto de 6,7
grados en la escala abierta de Richter que golpeó a la isla de
Negros en la región central del archipiélago filipino, indicaron
fuentes oficiales.
Las autoridades estiman que el número oficial de fallecidos
aumente a medida que pasen los días, debido a las dificultades de
comunicación para realizar el recuento en las regiones afectadas.
Según un reciente informe del Centro Nacional de Prevención de
Desastres, todas las muertes ocurrieron en la provincia de Negros
Oriental y fueron causadas en su mayoría por desprendimientos de
tierra y edificios derribados por el fuerte temblor del lunes.
Esos corrimientos sepultaron 90 viviendas en los municipios de
Guihulngan y la Libertad, en esa provincia de Negros Oriental, donde
las carreteras sufrieron graves grietas y ocho puentes resultaron
dañados.
De acuerdo con el portavoz militar, coronel Francisco Patrimonio,
el trabajo de los equipos de rescate es muy difícil dado que no
pueden cruzar los camiones con víveres a lo que se suma la carencia
de luz y agua en los pueblos afectados.
El terremoto inicial ocurrió en la región central entre las islas
de Negros y Cebu, a unos 570 kilómetros al sur de Manila, y causó
varios deslizamientos de tierra que dañaron puentes y carreteras
obstaculizando los trabajos de rescate.
El director de Sismología y Vulcanología, Renato Solidum, declaró
a la televisión ABS CBN que desde el lunes se registraron mil 200
réplicas, algunas muy débiles, y la más fuerte de 6,2 grados.
Un sismo de magnitud 7,7 mató a casi dos mil personas en la isla
de Luzon, en 1990, recordó Prensa Latina.
Filipinas se encuentra ubicada sobre el llamado "Anillo de Fuego
del Pacífico", una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es
estremecida por unos siete mil temblores al año, la mayoría
moderados.