El primer ministro de Canadá, Stephen Harper, iniciará hoy una
visita oficial a la República Popular China, donde buscará afianzar
las relaciones comerciales y energéticas con ese país, dio a conocer
Prensa Latina.
Harper, quien encabeza una delegación de más de 40 empresarios,
se reunirá este miércoles en Beijing con el primer ministro Wen
Jiabao, al tiempo que sostendrá mañana conversaciones con el
presidente Hu Jintao, destacó el diario Toronto Sun.
El programa de intercambios prevé encuentros con funcionarios
locales del Partido Comunista de China durante los próximos cuatro
días.
Esta es la segunda visita del primer ministro canadiense al país
asiático en menos de dos años, la cual pretende abrir un mayor
acceso de China a bancos canadienses, empresas aseguradoras y a
consorcios fabricantes de trenes y aviones.
El recorrido de Harper pretende estimular, asimismo, posibles
inversiones chinas en los vastos recursos canadienses, sobre todo
los relacionados con la explotación del petróleo.
La visita ocurre en medio de diferencias entre Canadá y Estados
Unidos por la construcción de un polémico oleoducto de dos mil 700
kilómetros, entre las arenas bituminosas de Alberta, Canadá, y la
costa del Golfo de México, en Texas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, rechazó a mediados de
enero una propuesta de la empresa petrolera TransCanada para
construir el ducto desde el vecino país, y argumentó que carece de
tiempo suficiente para analizar los beneficios y eventuales riesgos
relacionados con el proyecto Keystone XL.
Desde Ottawa, la corporación canadiense respondió rápido y afirmó
que "no hay sorpresas aquí, ya esperábamos esa decisión", y estamos
listos para presentar variantes a los funcionarios oficiales de
Washington o incluso una ruta alternativa.
No obstante, el rechazo del gobernante a la construcción del
oleoducto es puro teatro político y electoral del mandatario
demócrata, afirmó un comentario publicado en el diario canadiense
National Post.
El primer ministro expresó por teléfono a Obama su "profunda
decepción" con la decisión y advirtió que Canadá "continuará
trabajando para diversificar sus exportaciones de energía".
A finales de diciembre, Harper amenazó a Washington al indicar
que si no aprobaba el proyecto Keystone XL vendería su crudo a
Beijing.