El presidente estadounidense, Barack Obama, desacreditó hoy las ideas económicas de sus potenciales retadores republicanos en los comicios de noviembre, los cuales se enfrentan en una guerra sin cuartel para obtener la candidatura presidencial, advirtió Prensa Latina.

Durante una entrevista con la televisora ABC, el mandatario abordó el tema que se perfila crucial para los próximos comicios, la economía.

La mejor receta para la recuperación es evitar las políticas del entonces presidente George W. Bush y Wall Street que llevaron a la economía al borde del derrumbe en 2008, indicó.

Por qué habríamos de aplicar algo que ya intentamos y no funcionó, preguntó el mandatario. Eso no tiene sentido, subrayó en aparente referencia a las criticas de la oposición sobre su manejo de la crisis.

Las declaraciones de Obama fueron aireadas pocas horas después de que los aspirantes republicanos Mitt Romney, Newt Gingrich, Rick Santorum y Ron Paul se enfrascaron en un debate calificado de agresivo por los medios.

En el encuentro, realizado anoche en Jacksonville, los candidatos se enfrascaron en acusaciones personales para restar méritos a sus contrarios, en especial el exgobernador de Massachussets Romney y el ex presidente de la Cámara Gingrich, quienes no escatimaron alusiones punzantes en su duelo bilateral.

El tema migratorio con ausencia de apoyo a una reforma migratoria integral, fue objeto de aproximaciones de los contrincantes, quienes prometen mano dura contra los inmigrantes ilegales cuyo número en Estados Unidos supera los 11 millones, según estadísticas oficiales.

Tras el segundo debate en cuatro días, ambos contendientes, junto al exsenador Santorum y el legislador Paul enfrentarán el 31 las primarias en La Florida, donde los analistas dan gran importancia al voto latino, definidor de la victoria, según encuestas.

Los últimos sondeos de opinión sitúan a Romney con una ligera ventaja sobre Gingrich y a los otros dos aspirantes más rezagados.

En el debate no faltaron los ataques contra Cuba en un ambiente donde hay una fuerte puja por el voto de los cubanoamericanos pese a la creciente tendencia de impulsar una mejora en las relaciones con la isla.