En el IPU Rosalía Abreu de la capital

Las aulas se multiplican

OLGA DÍAZ RUIZ
olga@granma.cip.cu

El Instituto Preuniversitario (IPU) Rosalía Abreu, del municipio del Cerro, se incorporó este curso a las instalaciones educativas de este tipo que funcionan actualmente en la capital.

 Foto: Otmaro RodríguezEstos estudiantes se preparan siguiendo el plan de estudios de los preuniversitarios pedagógicos.

Con una matrícula de 368 estudiantes de décimo y onceno grados, atendidos por un claustro de alrededor de 50 docentes frente al aula, el centro ingresa al sistema nacional de enseñanza con una doble responsabilidad: la formación de los educandos del nivel medio superior y la de 64 alumnos para continuar estudios en carreras con perfil pedagógico y convertirse en profesores de nivel medio y medio superior.

El IPU cuenta con dos aulas pedagógicas en las que estos jóvenes de décimo grado conjugan su formación como bachilleres con la preparación pedagógica y metodológica, que reciben de los propios profesores del centro y distintos especialistas, que junto a entidades del sector, apoyan y asesoran este proceso.

En este sentido, Yosvany Reyes, profesor de Matemática y guía de uno de estos grupos, asegura que este proyecto constituye una experiencia positiva, muy bien pensada y que ha fluido sin dificultades. Los muchachos, agrega, asimilan con rapidez los contenidos y mantienen un rendimiento académico elevado.

Para que continúe así, Reyes precisa que no se deben minimizar los niveles de exigencia y disciplina y que es necesario darle mayor prioridad al empleo de elementos didácticos, y de los libros de texto y de consulta adicional para que los alumnos de esta modalidad dominen el trabajo con los medios de enseñanza, así como otras habilidades técnicas.

Yiset Martínez, subdirectora del IPU, explica que los estudiantes que conforman estos dos destacamentos provienen de las aulas y círculos de interés pedagógicos que se desarrollan en las escuelas secundarias básicas del municipio. Con ellos se ha venido trabajando desde bien temprano en su formación vocacional y orientación profesional, haciéndolos partícipes del proceso docente educativo en sus centros de estudio, para equiparlos con determinadas habilidades formativas, señala.

Además, para ingresar a las aulas estos muchachos pasaron por un riguroso proceso de captación que tuvo en cuenta resultados académicos, dedicación y constancia en el estudio, disciplina, entre otros parámetros.

Martínez destaca también que los estudiantes de las aulas pedagógicas se preparan siguiendo el plan de estudios de los preuniversitarios pedagógicos, por lo que a las asignaturas de formación general se añaden cursos optativos relacionados con la especialidad, y frecuencias semanales de prácticas docentes.

Sobre estas últimas, Granma conoció que se realizan en sesión contraria a la de clases, en las propias secundarias básicas de donde provienen. En cada una de estas escuelas, bajo la supervisión de maestros y directivos, los educandos aplican los conocimientos adquiridos, participan de las actividades del centro y se familiarizan gradualmente con el proceso docente-educativo y en el trato con los alumnos, aunque, aclara Martínez, todavía en este nivel no están listos para impartir clases.

Al conversar con los estudiantes de esta modalidad, muchos como Daniela, Gabriela, Danersy y Juan Carlos, coincidieron en que el rigor de la escuela y el seguimiento de sus profesores, tanto en las aulas como durante las prácticas, los ayudan a sentirse más seguros y preparados y a disfrutar de estos primeros pasos en su futura profesión.

Algunos ya tienen bien definida su especialidad, otros se decantan por las ciencias o las humanidades, pero todos, hoy, comienzan a construir en el IPU Rosalía Abreu un relevo que mañana puede multiplicarse.

 

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