Benítez “piensa” diferente la miel

JULIO MARTÍNEZ MOLINA

Foto del autorCIENFUEGOS.— Su padre le dejó en herencia a Luis Benítez Vera los cinco apiarios que posee difuminados por el área costera situada entre las localidades cienfuegueras de Rancho Luna y Pasacaballos, y de los cuales extrajo 10 toneladas de miel en el 2011, con un promedio de recolección de cerca de 85 kilogramos por colmena.

Este afiliado a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Dionisio San Román, puntea como uno de los más destacados productores de miel del territorio.

"Quienes visitan mis colmenas aprecian que las pinto, reparo las cajas cuando sufren alguna caída, no las dejo desatendidas por dentro, pero tampoco por fuera. Reviso a diario los cinco apiarios, con sus 110 colmenares", apunta.

Benítez lleva cerca de tres lustros en el oficio, en el cual ahora lo acompaña su hijo José Luis, para continuar la tradición familiar. Considera que el secreto de la miel está en "pensarla", no en trabajar sus procesos con mera rutina.

"No hay semana en que no idee algo nuevo para perfeccionar mi labor. Es cierto que ya en este oficio, como en casi todo, hay pocas cosas nuevas bajo el sol; pero siempre existe espacio para la inventiva", estima el campesino.

Prueba de ello es la innovación que ejecutó en su centrífuga (equipo cuyo objetivo es extraer la miel del panal), consistente en transformar su original concepción manual.

"Remodelé la manigueta con un sistema de bicicleta, con lo cual no solo me canso menos, sino que agiliza los niveles de extracción y permite un mayor aprovechamiento del preciado producto", explica.

Recuerda Benítez que, con anterioridad, dos personas tenían que ponerse a halar la centrífuga; ahora por supuesto dicho quehacer le corresponde solo a una. Además, se le saca toda la miel al panal, regresa para la colmena sin nada, precisa.

Según los especialistas en Cienfuegos, no es esta zona la climatológicamente más beneficiada para la actividad. Así y todo, los rendimientos de Benítez son elevados y sobrepasó en tres las siete toneladas planificadas para el 2011, por lo que se evidencian los resultados de su esmero y creatividad.

Cree que lo que define al oficio del apicultor es el empeño, la disciplina. "Para lograr miel de calidad, sin niveles de humedad por arriba de lo permisible, castro el panal a su debido tiempo. La miel es como la fruta, se toma cuando está hecha", dice.

El incremento en el precio de la compra del producto a los apicultores puesto en vigor desde el mes de octubre pasado ha sido "fabuloso", en sus justas palabras. Solo por sus aportes de entonces a diciembre, percibió más de 30 000 pesos.

Benítez revisa sus panales cada día doblemente estimulado: por el respaldo económico y por el amor que le profesa a su oficio.

 

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