Un equipo de la Organización Internacional de Energía Atómica 
			(OIEA) examina a partir de hoy las pruebas sobre seguridad de las 
			centrales japonesas, tras la crisis de Fukushima por el sismo y 
			tsunami del 11 de marzo de 2011.
			Los 10 especialistas recorrerán a partir de mañana la central 
			nuclear Oi, de la Compañía de Electricidad de Kansai en Fukui, al 
			centro de Japón, para constatar la seguridad de dos de sus 
			reactores, cuyas pruebas recibieron la aprobación del gobierno 
			nipón, pese a las protestas de asociaciones de vecinos y ciudadanos.
			Tras recibir la evaluación de la OIEA sobre la validez de las 
			pruebas, la Agencia Nipona de Seguridad Nuclear emitirá en febrero 
			próximo su propio juicio sobre esos dos reactores.
			El director del Departamento de Seguridad en Instalaciones 
			Nucleares del OIEA, James Lyons, quien dirige el grupo, declaró a la 
			prensa que la misión es asesorar al país en función de las pautas 
			internacionales.
			Recalcó que la decisión final sobre la reanudación del servicio 
			de los reactores solo compete a la administración japonesa.
			El grupo tendrá reuniones hasta el 31 de enero, detenidos para 
			controles normales y donde se concentraron las protestas de los 
			últimos días de asociaciones de vecinos y ciudadanos.
			Mientras, las autoridades japonesas solicitaron a la OIEA la 
			instalación de una oficina permanente en Fukushima, dado que las 
			autoridades de esa prefectura desean esa presencia permanente en la 
			región.
			El ministro de Relaciones Exteriores japonés, Koishiro Gemba, 
			quien es además diputado de Fukushima, prometió a sus electores 
			apoyar ese pedido.
			Según la agencia de noticias JIJI, el canciller Gemba solicitó al 
			director general del organismo internacional, Yukiya Amano, una 
			presencia constante en la región de Fukushima.
			El accidente nuclear en la planta de Fukushima Daiichi, resultado 
			del terremoto y tsunami, genero daños millonarios en la agricultura, 
			ganadería y pesca de la zona, al tiempo que obligó a la evacuación 
			de cerca de 80 mil personas y la paralización de 35 de los 56 
			reactores en funciones, reportó Prensa Latina.