Las autoridades sirias liberaron a un nuevo grupo de detenidos
implicados en los acontecimientos de los últimos meses, en presencia
de los observadores árabes que inspeccionan localidades del país,
informó Prensa Latina.
Los excarcelados fueron contemplados en la amnistía general
decretada por el presidente Bashar al-Assad el fin de semana para
aquellas personas con delitos relacionados con las revueltas y
protestas, y que no cometieron hechos violentos ni de sangre.
Esa fue el segundo perdón que concede al-Assad. El primero fue a
principio de noviembre último para aquellas personas, involucradas
en la adquisición, distribución y tenencia de armas, pero sin
comisión de delitos de sangre.
La televisión siria mostró imágenes de los veedores árabes en la
prisión central de Damasco mientras observaban la liberación de los
reos e incluso intercambiando palabras con varios de ellos.
De acuerdo con la agencia de noticias SANA, un número de los
liberados expresó que este indulto significa un nuevo comienzo para
sus vidas para poder llevar una existencia normal y contribuir a la
construcción de la sociedad.
Citado por ese medio, Mohammad Ashaar expresó sentirse feliz de
poder regresar a casa y regresar a su trabajo: Me percaté que estaba
equivocado, y esta amnistía es una oportunidad para corregir mi
falta, dijo.
Parientes allí presentes manifestaron su agradecimiento por la
medida presidencial que permite la reunificación de la familia y
muestra los valores de tolerancia y concordia en Siria.
Mientras, miembros de la misión observadora volvieron a recorrer
vecindarios de Homs y la ciudad de Tadmur en esa provincia homónima,
donde dialogaron con los directores del acueducto, la empresa
eléctrica y las unidades de irrigación, e inspeccionaron los daños
causados por los grupos armados.
In Raqqa, en el norte de Siria, los veedores visitaron el
Hospital Provincial y el Centro Cultural de esa ciudad, así como
varias estaciones de policía, mientras otro equipo recorrió zonas de
la sureña provincia de Daraa, informan medios periodísticos
nacionales.
Líderes de clanes en la norteña comarca de Hasaka recibieron a
otro grupo de monitores, y otro se trasladó a la colindante Deir
Ezzor, donde intercambió con los residentes del vecindario de Old
Airport. Mientras, en Damasco varios de los inspectores visitaron el
Hospital Militar Tishreen y la clínica al-Mujtahed.
También en la sureña ciudad de Tartous, los observadores se
reunieron con intelectuales y líderes religiosos, en tanto otros
veedores estuvieron en la prisión central de Aleppo y en la de
Lattakia, y recorrieron áreas de Sweida.
De acuerdo con el jefe de la Oficina de Operaciones de la Misión
Observadora, Adnan al-Khoudhir, la tarea de los monitores, que suman
hoy 163 en Siria, concluirá el próximo día 19, y no ha trascendido
si habrá una segunda ronda de inspecciones.
La Liga Árabe señaló que no enviará más inspectores a Siria antes
de su reunión ministerial, prevista para el 21 y 22 de enero, en la
cual evaluará una vez la situación en este país.
El venidero día 21 se reunirán los cancilleres de Egipto, Sudan,
Argelia, Omán, Arabia Saudita y Catar, y el domingo siguiente
entonces sesionará todo el pleno ministerial de los 21 Estados de
ese ente regional, para analizar el informe que deberá presentar el
jefe de la misión observadora, el general sudanés Mohammad al-Dabi.
Por otro lado, en una nueva escalada de la hostilidad extranjera
contra Siria, el monarca de Catar amenaza con llevar a la Liga Árabe
la propuesta de integrar una fuerza regional de intervención en
Siria.
Analistas estiman que los avances del gobierno sirio en las
reformas integrales, la lucha contra bandas armadas que centran
últimamente sus acciones contra objetivos selectivos, la
inexistencia real de protestas antigubernamentales y, en cambio, las
crecientes muestras de apoyo a la unidad nacional, generan
frustración entre los adversarios de Damasco, y los lleva a proponer
ideas desesperadas.