Para ello, desde hace tres años se inició la recuperación de los 
			antiguos locales que servían a estos fines y que llegaron a cerrar 
			en su totalidad. 
			Según explicó a Granma Cándida Trabas, subdirectora de la 
			Empresa Provincial de Servicios Técnicos y del Hogar, la 
			determinación de reutilizar las mismas instalaciones permitió un 
			ahorro considerable de recursos, pues se aprovechó una construcción 
			que ya existía y que solo hubo que remozar, además de que se 
			reutilizaron las instalaciones hidráulicas de agua.
			Al menos uno de estos centros se ha puesto ya en funcionamiento 
			en cada municipio capitalino, equipados con un moderno sistema de 
			lavado, secado y planchado, valorado en 70 000 USD cada módulo.
			"Actualmente solo nos queda Regla sin autoservicio, pues no 
			teníamos local. Ya el gobierno de este municipio nos ha facilitado 
			uno y tenemos incluida su habilitación en el plan de inversiones del 
			2012", agrega la directiva.
			Otros cuatro deberán inaugurarse también en el transcurso de este 
			año para completar la cifra de 22, teniendo en cuenta la gran 
			extensión y densidad poblacional que tienen varios de estos 
			municipios. 
			
			Abiertos de lunes a sábado, desde las siete de la mañana y hasta 
			las siete de la noche, y los domingos hasta las 12 del día, la 
			reanimación de estos servicios ha tenido gran acogida en la 
			población, aunque aún, por lo reciente de la apertura de muchos de 
			ellos, no son muy conocidos. 
			Sin embargo ya han logrado establecer una clientela estable y 
			nutrida, que bien habla de la calidad del trabajo que allí se 
			realiza, permitiendo que centros como OK, ubicado en la céntrica 
			avenida 23 en el Vedado y el primero en ser reanimado en el 2008, 
			cerrara el pasado año con un cumplimiento del 113 % de su plan de 
			ingresos.
			"Los trabajadores están vinculados salarialmente a la producción, 
			por lo que la calidad de su trabajo y la clientela que sean capaces 
			de establecer repercute directamente en lo que perciben al final de 
			mes", explica Cándida Trabas. Y es que a diferencia de etapas 
			precedentes, el cliente no utiliza directamente los equipos, sino 
			que son un grupo de operarios los que realizan las actividades de 
			lavado, secado y planchado. 
			"Con este sistema los protegemos más, pues una de las razones que 
			en décadas anteriores provocó el deterioro de las lavanderías fue 
			que la población las utilizara directamente", agregó.
			Varios usuarios entrevistados por este diario, coincidieron en 
			señalar como elementos positivos lo asequible de los precios del 
			servicio, y la responsabilidad asumida por cada entidad con las 
			pertenencias de cada cliente. 
			Hasta ahora no hemos conocido de quejas por parte de la población 
			en cuanto a pérdidas y deterioro de alguna pieza, explica Cándida 
			Traba, pero, de ocurrir, cada unidad es la responsable de resarcir 
			al cliente con una prenda similar a la afectada o el equivalente de 
			su valor en el mercado.
			Para garantizar el mantenimiento del nuevo equipamiento y la 
			solución de posibles roturas, se deben recibir este año piezas de 
			repuesto para las lavadoras y máquinas de secado, con ello se 
			garantiza que no se deteriore la calidad de un servicio, que se 
			pretende, continúe recuperándose paulatinamente.