Una
ceremonia militar y otra religiosa ponen punto final hoy a los actos
oficiales por el traspaso de mando en Guatemala, al asumir Otto
Pérez Molina la Presidencia de la República.
El Ejército dará este domingo su saludo al
mandatario, quien con ese cargo se convirtió por ley en comandante
general de las fuerzas castrenses del país.
La actividad a cargo del Ministerio de la Defensa
Nacional se efectuará en la principal plaza militar de esta capital,
la Brigada Mariscal Zabala.
El exgeneral Pérez Molina, de 61 años de edad,
inició su carrera militar en 1973 al graduarse en la Escuela
Politécnica y tuvo su primera elevada responsabilidad al ocupar de
1992 a 1993 la jefatura de la Dirección de Inteligencia del
Ejército.
Ese último año encabezó el grupo de oficiales
opuesto al autogolpe del entonces mandatario Jorge Serrano Elías y
después pasó a dirigir el Estado Mayor Presidencial.
Fue nombrado en 1996 inspector general del Ejército,
cargo con el cual fue el representante castrense en las
negociaciones con la guerrilla y a la postre fue signatario ese año
de los Acuerdos de Paz que pusieron fin al conflicto de 36 años.
Después habrá un Tedeum evangélico en la fraternidad
cristiana, el segundo tras el efectuado anoche en la Catedral
Metropolitana oficiado por el arzobispo católico Oscar Julio Vian,
al cual asistió buena parte de las delegaciones oficiales foráneas.
Las actividades comenzaron la víspera con una sesión
solemne del Congreso para instalar la legislatura de la etapa
2012-2016, cuya prolongación fue la toma de posesión.
Su primer discurso entonces como jefe de Estado
Pérez Molina lo enfocó en mencionar cómo inicia el mandato con
muchos problemas y desafíos, pero con buenos augurios, y reiterar la
enorme responsabilidad por el cambio prometido en su campaña
electoral.
Llamó a la solidaridad y trabajo de toda la
ciudadanía porque sin ello el país no podrá salir adelante, opinó.
Arremetió contra el anterior Ejecutivo, encabezado
por Álvaro Colom, al decir que hereda un país en crisis, muy cerca
de la quiebra económica y moral, por ello aseveró es urgente unir
esfuerzos para corregir el rumbo.
Entre los muchos aspectos abordados en su prolongada
alocución de 47 minutos de duración, el Presidente llamó a no
olvidar el pasado pero no seguir viviendo con él, en referencia al
enfrentamiento armado interno, informó PL.