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Círculos periodísticos y políticos afines al movimiento Hizbulah
valoraron hoy muy favorable la postura de esa organización de
resistencia chiita contraria a desarmarse, como le reclamó aquí el
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"Esas armas, junto al pueblo y el Ejército
libaneses, son la única garantía de protección del Líbano. Afirmo
hoy, firme y decisivamente, y con la mayor convicción la opción de
la resistencia armada", subrayó el secretario general de Hizbulah,
jeque Hassan Nasrallah.
Los principales canales de televisión del Líbano, en
particular Al-Manar TV, perteneciente al también conocido como
Partido de Dios, reseñaron fragmentos del discurso televisado de
Nasrallah, en el que respondió a declaraciones hechas el viernes por
Ban en Beirut.
"Su preocupación, secretario general, nos
tranquiliza y nos satisface. Lo que nos importa es que usted esté
preocupado y que Estados Unidos e Israel también lo estén", ironizó
el líder de la agrupación de la resistencia.
Durante una intervención en esta capital el viernes,
Ban se autodescribió "hondamente preocupado acerca de la capacidad
militar de Hizbulah" y la falta de progresos en su desarme.
Añadió que "todas esas armas fuera del control de
una autoridad estatal es inaceptable".
Nasrallah reiteró que su movimiento, el único
partido libanés que preservó su arsenal tras la guerra civil
(1975-1990), "nunca renunciará" a sus armas" mientras prevalezca la
amenaza de agresión sionista, con la connivencia estadounidense.
"La resistencia está aquí para permanecer. Su poder,
su disposición, continuará en aumento", advirtió dirigiéndose a la
multitud que lo vitoreó en un suburbio beirutino.
El líder del Partido de Dios, cuya residencia exacta
se desconoce por razones de seguridad, recordó que gracias a su
capacidad combativa las milicias chiitas resistieron la invasión
israelí del verano de 2006 y forzaron el repliegue de los agresores.
Aquella beligerancia causó más de mil 200 muertos
libaneses, en su mayoría civiles, en barrios chiitas de Beirut y 163
víctimas mortales israelíes, básicamente militares, por los cientos
de cohetes lanzados contra el norte del Estado sionista.
Ban Ki-moon llegó al Líbano el viernes para una
visita de tres días, durante la cual se entrevistó con distintas
personalidades políticas, incluido el presidente Michel Sleiman, a
quien pidió relanzar el diálogo nacional iniciado en 2006 y
estancado desde 2010.