Agrupaciones políticas de Egipto ratificaron este jueves que
conmemorarán el primer año de las revueltas contra Hosni Mubarak,
pese a que la Junta Militar decretó feriado nacional y la jerarquía
cristiana asumió una posición dividida.
La inminencia del 25 de enero, aniversario de las movilizaciones
juveniles contra el Gobierno de Mubarak, tiene en agitada actividad
a partidos y movimientos nacidos al fragor de aquella sublevación,
de una parte, y a la cúpula castrense que reemplazó al presidente,
de la otra , reporta Prensa Latina.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), instancia a la
que el octogenario estadista cedió el poder el 11 de febrero pasado,
declaró este miércoles día de fiesta nacional el próximo 25 para
rendir tributo al inicio del alzamiento que defenestró al anterior
régimen.
Según Ismail Atman, miembro del CSFA, esa fecha queda al mismo
rango de la victoria en la Guerra de Octubre de 1973 (contra Israel)
y de la Revolución del 26 de julio (de 1952), por lo que se
realizarán desfiles militares, demostraciones aéreas y actos
culturales.
Pese a la decisión de las autoridades, el presidente de la Junta
Militar, mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi, se ha encargado
de coordinar y supervisar personalmente las misiones de los
distintos cuerpos militares y represivos para evitar saldos letales.
En particular, el jefe castrense dijo querer evitar la violencia
con disparos de municiones reales, golpizas, vejámenes y el
lanzamiento de gases lacrimógenos contra inconformes que
aprovecharán la jornada para reivindicar derechos y mejoras aún
insatisfechas.
Sin embargo, la Asamblea Nacional por el Cambio, una de las
agrupaciones que convocó la movilización pacífica del 25, demandó el
fin de los juicios militares a civiles, el procesamiento de quienes
mataron a activistas y la liberación de prisioneros políticos.
La celebración popular será en la emblemática plaza Tahrir de la
ciudad de El Cairo, escenario de los 18 días de protestas que
forzaron la salida del rais, y testigo de múltiples demostraciones y
enfrentamientos posteriores en el difícil camino de la transición
democrática.
Es un buen gesto, pero demasiado tarde, dijo a periodistas el
portavoz de la referida asociación, Ahmed Al-Naqr, mientras otros
movimientos subrayaron que la declaración del feriado nacional no
socavará los llamados para protestar contra el Gobierno militar.
La convocatoria caló, incluso, entre amplios sectores de la
juventud cristiana copta, a pesar de que algunos sacerdotes pidieron
a sus feligreses boicotear las movilizaciones porque creen que el
CSFA ejecuta de modo apropiado el calendario fijado para la
transición.
Dirigentes de otras comunidades religiosas, como el
vicepresidente de la Comisión Evangélica, Andrea Zaki, aconsejaron a
los coptos asistir porque esa iglesia, que apoyó la revolución desde
sus días iniciales, no la abandonará hasta ver satisfechas todas las
demandas.