Veinte años después

Sucesos en Tarará: cicatrices en la memoria

Robert Torres Barbán

Orgulloso de llamarse Rolando, como aquel padre que apenas conoció, un joven veinteañero llegó este lunes hasta la Base Náutica de Tarará. El mismo sitio en el que dos décadas atrás fueron asesinados Yuri Gómez, Orosmán Dueñas, Rafael Guevara, y dónde Pérez Quintosa —su padre— resultó mortalmente herido.

Fotos: José Manuel Correa

A la ceremonia asisitieron Abelardo Colomé Ibarra y Mercedes López Acea.

Rolando Pérez Labrada evoca los horrendos hechos del 9 de enero de 1992 en Tarará.

El hoy estudiante de segundo año de la Universidad de Ciencias Informáticas evocó "los tristes acontecimientos de aquellas primeras horas del 9 de enero de 1992", cuando varios contrarrevolucionarios penetraron en ese sitio con el propósito de robar una embarcación, para dirigirse hacia los Estados Unidos.

Elementos antisociales que no solo desarmaron, amarraron, golpearon y mutilaron a quienes cumplían con la honrosa misión de proteger a la Patria, sino que también se dieron a la fuga dejando atrás la muerte y el dolor de cuatro familias y de todo un pueblo, que luego se encargaría de hacer justicia a los asesinos.

"Apenas tenía cinco meses de nacido cuando acaecieron estos tristes hechos y mi madre quedó viuda y yo sin el papá que siempre necesité, con el que nunca fui a la escuela, ni jugué a la pelota", recordó el joven. Por eso Rolando Pérez Labrada volvió al mismo sitio donde su padre recibió varios disparos mortales, contra los que luchó por su vida durante casi más de un mes y pese a los cuales, al momento de ser encontrado, identificó como "el violador" a Luis Miguel Almeida Pérez, uno de los asesinos.

Hasta el monumento a los Mártires de Tarará, donde se depositó una ofrenda floral en nombre del pueblo de Cuba, acudieron los miembros del Buró Político, el general de Cuerpo de Ejército Abelardo Colomé Ibarra, Vicepresidente del Consejo de Estado y la primera secretaria del Partido en La Habana Mercedes López Acea; además otros familiares de los combatientes caídos, así como estudiantes, cadetes, oficiales y altos jefes del Ministerio del Interior.

 

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