Manifestantes nigerianos levantaron hoy una barricada ardiente en
torno a lujosos barrios de esta capital económica, en el segundo día
de huelga general convocada por los sindicatos por la eliminación de
los subsidios al combustible.
Los gremios reclaman al gobierno quitar la desregulación del
petróleo establecida el 1 de enero pasado y con ello la subida a más
del doble del precio de la gasolina y de combustibles para la
cocción de alimentos.
La subvención de los energéticos vigente hasta el primer día de
este año era la única ventaja a favor de la población por vivir en
el mayor productor de petróleo de África, inmersa además en elevados
niveles de pobreza, sostienen los sindicados en sus demandas.
La víspera el choque entre la policía y los manifestantes dejó
cinco muertos y decenas de heridos, e incluso el establecimiento del
toque de queda nocturno en algunas localidades, señaló Prensa
Latina.
El presidente, Goodluck Jonathan, reiteró hoy un llamado al
diálogo como única opción para resolver el desacuerdo.
Acorde con ello, el ministro de Información, Labaran Maka, instó
a los trabajadores a suspender la protesta y a apoyar al Ejecutivo
en aras de devolver al país el crecimiento económico, destacó el
diario The Nation.
Desde octubre pasado Jonathan anunció para este mes la suspensión
gradual de los subsidios para favorecer algunos sectores económicos
y sociales, según dijo.
El Nigeria Labour Congress y el Congreso de Sindicatos, las dos
agrupaciones gremiales más importantes del país africano, expresaron
su desacuerdo con la medida.
Aunque el lunes el país estuvo casi paralizado por la huelga, las
refinadoras de petróleos reportaron normalidad en la extracción del
crudo, ascendente a dos millones 400 mil barriles diarios.
Nigeria, con más de 160 millones de habitantes, exporta petróleo
a Estados Unidos, Europa y Asia, pero está obligada a importar
gasolina y diesel dada la mala gestión y corrupción administrativa,
sumado el mal estado de sus refinerías, según criterios
concordantes.
Paralelo a los disturbios por el alza del precio de los
carburantes, crece el descontento en la población por la gestión del
presidente y su Ejecutivo ante el aumento de la criminalidad.
Desde la última Navidad a la fecha centenares de personas han
muerto en actos violentos y de ello el Gobierno culpa al grupo
islámico extremista Boko Haram.
Esa secta, cuyo nombre significa educación prohibida, en alusión
a asignaturas docentes al estilo occidental, lucha por instaurar la
charia, ley islámica, en los estados del norte nigeriano.