La competencia del sistema migratorio estadounidense es puesta
hoy en tela de juicio en un año electoral tras los errores cometidos
con la deportación a Colombia de la joven Jakadrien Turner, indicó
Prensa Latina.
La incompetencia en el uso del programa Comunidades Seguras
parece no tener límites, señala el diario californiano La Opinión al
abordar el asunto.
Turner, una afronorteamericana de 15 años, engañó a los agentes
del Servicio del Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para lograr
ser deportada.
La joven se fugó de su hogar en Dallas y posteriormente fue
arrestada por robo en una tienda. Ella, que no habla español, dio un
nombre falso a las autoridades y dijo que era colombiana.
Según la policía de Dallas, se tomaron las huellas digitales de
la menor y se cotejó toda la información obtenida con el banco de
datos de Comunidades Seguras.
No está claro todavía, precisa el rotativo, por qué se confundió
a una afronorteamericana que no habla español con una delincuente
colombiana de 21 años. Dos meses más tarde fue deportada a Colombia.
La semana pasada Jakadrien fue regresada a su hogar en Texas.
Aparentemente creado para proteger a la sociedad de los
delincuentes indocumentados, el sistema por demás se convirtió en
herramienta esencial para deportar a miles de personas de Estados
Unidos, en muchos casos por ofensas menores a la ley como manejar
sin permiso de conducir.
Este caso muestra que la cooperación entre las autoridades
policíacas locales y de inmigración -en la que se basa Comunidades
Seguras- se presta a los errores más absurdos, comenta el diario.
Hechos como este ocurrieron en repetidas ocasiones, como el de
Pedro Guzmán, un analfabeto con problemas mentales que fue tirado
hace un tiempo a vagar por las calles de Tijuana.
Comunidades Seguras ha sido una vergüenza de confusión, caos e
incompetencia, concluye la publicación.
Por otra parte, la inmigración se mantiene como uno de los temas
que inciden en la actual campaña electoral en el país.
Los republicanos parecen estar inmersos en una competencia de
extremismo anti-inmigrante que alimenta el clima de odio e
intolerancia.
Los candidatos republicanos han hecho todo lo posible por
impulsar el tema, sea porque quieren evadir el debate sobre los
otros temas que reclaman un compromiso para el que no están
dispuestos, que muestran su verdadera cara racista o buscan a quién
culpar de los problemas que ellos han causado, asegura La Opinión.
Ante esta situación, muchos hispanos de encuentran en la
disyuntiva de por quién votar. Un triunfo republicano implicaría un
endurecimiento de las políticas migratorias, por los que algunos
sugieren un voto por el mal menor, Obama.