Actualizado 1:45 p.m hora local

En duda competencia del sistema migratorio de EE.UU.

La competencia del sistema migratorio estadounidense es puesta hoy en tela de juicio en un año electoral tras los errores cometidos con la deportación a Colombia de la joven Jakadrien Turner, indicó Prensa Latina.

La incompetencia en el uso del programa Comunidades Seguras parece no tener límites, señala el diario californiano La Opinión al abordar el asunto.

Turner, una afronorteamericana de 15 años, engañó a los agentes del Servicio del Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para lograr ser deportada.

La joven se fugó de su hogar en Dallas y posteriormente fue arrestada por robo en una tienda. Ella, que no habla español, dio un nombre falso a las autoridades y dijo que era colombiana.

Según la policía de Dallas, se tomaron las huellas digitales de la menor y se cotejó toda la información obtenida con el banco de datos de Comunidades Seguras.

No está claro todavía, precisa el rotativo, por qué se confundió a una afronorteamericana que no habla español con una delincuente colombiana de 21 años. Dos meses más tarde fue deportada a Colombia. La semana pasada Jakadrien fue regresada a su hogar en Texas.

Aparentemente creado para proteger a la sociedad de los delincuentes indocumentados, el sistema por demás se convirtió en herramienta esencial para deportar a miles de personas de Estados Unidos, en muchos casos por ofensas menores a la ley como manejar sin permiso de conducir.

Este caso muestra que la cooperación entre las autoridades policíacas locales y de inmigración -en la que se basa Comunidades Seguras- se presta a los errores más absurdos, comenta el diario.

Hechos como este ocurrieron en repetidas ocasiones, como el de Pedro Guzmán, un analfabeto con problemas mentales que fue tirado hace un tiempo a vagar por las calles de Tijuana.

Comunidades Seguras ha sido una vergüenza de confusión, caos e incompetencia, concluye la publicación.

Por otra parte, la inmigración se mantiene como uno de los temas que inciden en la actual campaña electoral en el país.

Los republicanos parecen estar inmersos en una competencia de extremismo anti-inmigrante que alimenta el clima de odio e intolerancia.

Los candidatos republicanos han hecho todo lo posible por impulsar el tema, sea porque quieren evadir el debate sobre los otros temas que reclaman un compromiso para el que no están dispuestos, que muestran su verdadera cara racista o buscan a quién culpar de los problemas que ellos han causado, asegura La Opinión.

Ante esta situación, muchos hispanos de encuentran en la disyuntiva de por quién votar. Un triunfo republicano implicaría un endurecimiento de las políticas migratorias, por los que algunos sugieren un voto por el mal menor, Obama.

 

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