Cuatro meses después de los atentados del 11 de septiembre del
2001, llegaron a esta prisión militar los primeros prisioneros
capturados en Afganistán por órdenes del entonces jefe de Estado,
George W. Bush, recordó Telesur.
Durante uno de sus primeros actos oficiales después de asumir el
liderazgo de la Casa Blanca en el 2009, Obama firmó una orden
ejecutiva que disponía la clausura del centro de detención "en el
lapso de un año". Sin embargo, luego de tres años de Gobierno la
prisión aún no se ha clausurado.
Según datos del Pentágono, citados por AFP, 171 hombres de 20
países permanecen encerrados en esa prisión, de acuerdo a cifras de
mayo del 2011.
Cada recluso en la cárcel de la ilegal base de Guantánamo le
cuesta a los contribuyentes estadounidenses 800 mil dólares anuales,
contra 25 mil dólares gastados por servicios similares en las
cárceles federales, añade EFE.
Organismos defensores de los derechos humanos y organizaciones
internacionales acusan a Washington de sistemáticos abusos y
torturas consumadas en la penitenciaría, en nombre de la "guerra
contra el terrorismo".