Noriega, quien acusó a Acosta de terrorismo, es el mismo
individuo asociado a la mafia cubanoamericana que se pegaba a John
Negroponte cuando se ordenaba el asesinato de las monjas
norteamericanas en la operación Centauro, quien se encargó de
organizar el show "judicial" que llevó a la liberación del
terrorista Luis Posada Carriles y quien asesoró la dictadura
hondureña de Roberto Micheletti.
Aunque el Departamento de Estado de Hillary Clinton se abstiene
de precisarlo, la decisión de expulsar a la cónsul venezolana en
Miami surge unos días después de la presentación de un documental,
de propaganda antivenezolana concebido para "demostrar" que Acosta
dirigió un supuesto cyber-complot entre Cuba, Irán y Venezuela para
sabotear las comunicaciones de nada menos que la Casa Blanca, la
Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Oficina Federal de
Investigación (FBI), el Pentágono, la Agencia de Seguridad Nacional
(NSA) y centrales nucleares.
Un plan fuera de proporción para una película de ciencia ficción.
Según el documental La amenaza iraní, producido y
transmitido por la cadena Univisión, propiedad de un multimillonario
israelí asociado al estado sionista, la cónsul, entonces agregada
cultural de la embajada de Venezuela en México, se reunió con "exprofesores
y egresados de la Universidad (Nacional) Autonóma de México" —sin
duda operando por la CIA— que intentaron involucrarla en tal
"complot".
Este domingo, Noriega anunciaba la expulsión de la cónsul a
través de su cuenta en la red social Twitter, antes de que el
Departamento de Estado lo hiciera, y añadía que Acosta "tiene 72
horas para abandonar el país".
El colmo fue que un corresponsal de CNN En Español en Miami, Luis
Fuenmayor, indicó poco después del "twit" de Noriega, también a
través de esta misma red, que la información había sido confirmada.
Más aún, anunció que la medida habría sido decidida por el
Departamento de Estado el pasado 6 de enero.
En un show arreglado por el propio Noriega y su mafia, varios
congresistas cubanoamericanos pidieron a Hillary Clinton el 11 de
diciembre que se "investigue" a la cónsul Acosta, en relación con un
documental de la cadena Univisión acerca del supuesto "ataque
cibernético".
Los legisladores republicanos de Florida, Ileana Ros-Lehtinen,
Mario Díaz-Balart y David Rivera, y el demócrata de Nueva Jersey,
Albio Sires, se abstuvieron de señalar en su carta que Univisión es
propiedad del multimillonario israelí Haim Saban, muy implicado en
otra conspiración, la de Israel y EE.UU. para agredir a Irán.
La expulsión ocurre "casualmente" a pocas horas de la visita a
Venezuela del presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad.
En este mismo guion firmado por Noriega, una semana después de la
intervención de los congresistas, ocurría una micromanifestación
frente al Consulado venezolano de Miami, organizada por golpistas y
prófugos venezolanos asilados en EE.UU.
La "protesta" que reunió apenas unas 30 personas, era organizada
por los "grupos" Veppex y Orvex, manejados por connotados golpistas
y agentes de la Inteligencia norteamericana, junto a la organización
fascista UnoAmerica de Alejandro Peña Esclusa, inculpado en Caracas
por posesión de explosivos.
Veppex y Orvex, dos grupos fantasmas identificados con los
círculos extremistas de la comunidad venezolana radicada en Miami,
son vinculados a la llamada Inteligencia norteamericana. La
manifestación también contó con la presencia del exmilitar
terrorista José Colina, ejecutor de atentados terroristas contra la
representación diplomática en Caracas.
Elio Aponte, presidente de Orvex, pretende capitanear las
campañas contra los países del ALBA en Miami. Según denunció el
sitio Aporrea en julio del 2007, miembros de Orvex y la Fundación
Nacional Cubano Americana estaban financiando, con apoyo de la CIA,
el entrenamiento en Miami de estudiantes venezolanos "en técnicas de
subversión callejera y desarrollo de motines, así como
adoctrinamiento ideológico".
En cuanto a la complicidad de congresistas ultraderechistas con
el show de Noriega, los archivos señalan cómo, en julio del 2010,
una semana después del arresto en Caracas del terrorista salvadoreño
Francisco Chávez Abarca, los representantes republicanos Ileana Ros-Lehtinen
y Mario Díaz-Balart participaron en un acto público de golpistas, al
lado de Patricia Poleo, reclamada por la justicia venezolana por su
complicidad en el asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson.