Al finalizar este 2011 habrá en nuestro país más de 3 600
pacientes con enfermedad renal crónica sometidos a diálisis en
espera de un trasplante, indicó en La Habana la doctora Esther
Pallarols Mariño, especialista del Departamento Nacional de
Enfermedades No Trasmisibles del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
Esta dolencia, que muestra un comportamiento epidémico en
crecimiento, representa uno de los principales problemas de salud
del siglo XXI a nivel mundial, subrayó la experta.
No obstante, existen medidas de prevención primaria y secundaria
que pueden evitar la aparición de esta afección, frenar su progreso
e incluso favorecer su regresión, y citó entre ellas el control
estricto de la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, del
colesterol y la obesidad, y no fumar.
Durante este 2011 entraron a régimen dialítico 1 150 pacientes
con insuficiencia renal, lo que significa un promedio semanal de 22
nuevos ingresos.
La Comisión Nacional de Nefrología del MINSAP, informó la
profesora Pallarols, viene trabajando en un programa que facilite la
detección de la enfermedad renal en estadios muy tempranos, teniendo
en cuenta sobre todo que en sus fases iniciales transita en general
sin manifestaciones.
Por ello la mejor estrategia es concentrar nuestros esfuerzos en
las medidas de prevención, el diagnóstico precoz y el conocimiento
de los mecanismos de progresión de la enfermedad una vez
establecida.
La especialista refirió algunos síntomas y signos que pueden
alertar de la existencia de un daño en los riñones. Por ejemplo,
inapetencia, sensación de malestar general y fatiga, náuseas,
pérdida de peso sin proponérselo, orinas espumosas. Cuando la
enfermedad avanza: piel anormalmente oscura o clara, anemia, dolor
óseo, sed excesiva e hipos frecuentes, hinchazón de pies y manos,
vómitos típicamente en la mañana y prurito (picazón) generalizado.
Es poco conocido aún por la población, indicó seguidamente, que
la enfermedad de los riñones está estrechamente vinculada con las
afecciones cardiovasculares, y planteó que más del 50 % de los
pacientes ingresados con insuficiencia cardíaca pudieran presentar
también una insuficiencia renal, aun con determinados exámenes de
sangre normales (creatinina).
Por lo apuntado, dijo, resulta esencial que fundamentalmente las
personas que presenten factores de riesgo se interesen por conocer
la función de sus riñones acudiendo a su médico y enfermera de la
familia. En las áreas de salud se realizan sencillas pruebas de
laboratorio que permiten establecer un diagnóstico oportuno de la
enfermedad.