Una corte federal de Estados Unidos determinó prorrogar la
entrada en vigor de una rigurosa Ley Migratoria en Carolina del Sur,
en medio de demandas y protestas, que se mantienen este martes, en
contra de la normativa.
Tras analizar los argumentos de los grupos a favor y en contra
del proyecto, la magistratura decidió rechazar una petición del
fiscal estatal, Alan Wilson, para que se aplique la regulación,
mientras la Corte Suprema llega a una definición, indicaron medios
locales de prensa, reporta Prensa Latina.
El tribunal federal se comprometió a anunciar su veredicto antes
del venidero 1 de enero de 2012, cuando debe implementarse el
proyecto legal, ampliamente criticado por la población.
Mientras, unos 200 activistas se concentraron en una plaza
cercana a la corte federal y realizaron una manifestación pacífica
para exigir la desaprobación de los estatutos.
El documento, firmado por la gobernadora Nikki Haley el 27 de
junio pasado, otorga facultades a los agentes del orden para
cuestionar el estado migratorio de personas detenidas por otras
infracciones y sospechosas de ser indocumentados.
Asimismo, comprende la creación de una Unidad de Cumplimiento de
las Leyes de Inmigración, compuesta por 12 funcionarios, iniciativa
considerada única en su tipo en todo el país norteño.
La ley establece como delito mayor la falsificación de documentos
o no portar identificaciones oficiales, crímenes que pueden ser
penalizados con multas de hasta 25 mil dólares o cinco años de
prisión.
Por otra parte, castiga a las personas o instituciones que
ofrezcan asistencia o albergue a los indocumentados.
La propuesta, similar en rigor a las de Alabama y Arizona, fue
denunciada el mes pasado por organizaciones comunitarias,
religiosas, La Unión Americana de Libertades Civiles y el
Departamento de Justicia, entes que presentaron demandas, por
separado, para impedir su aplicación.
A juicio de esas instancias, las medidas son discriminatorias,
inconstitucionales e interfieren con el Gobierno Federal.
El tema migratorio es uno de los más controvertidos en Estados
Unidos y un punto importante en los programas de los candidatos a
las elecciones presidenciales el venidero 6 de noviembre.