El rebote: decisivo y espectacular

Yoel Tejeda Pérez

El balón va hacia el aro, pero sale rebotado e inmediatamente se produce una lucha de los jugadores por capturarlo. Sin dudas, estamos en presencia de una acción de rebote en el baloncesto, uno de los momentos espectaculares del juego y un aspecto definitorio, pues el equipo que lo domine tendrá más oportunidades de controlar el partido.

Foto: Yander Zamora A mayor cantidad de rebotes existen más posibilidades de control del balón y de encestar.

Muchos encuentros se ganan a partir del rebote, pues controlar los aros es esencial si se quiere tener una buena defensa o varias opciones de ataque. El rebote ofensivo ofrece con frecuencia nuevas oportunidades de tiro de "alto porcentaje" (cerca del aro, con la posición ganada, sin oposición); mientras que el defensivo mejora la estrategia defensiva y dificulta el ataque limitándolo a un tiro, a una oportunidad por posesión.

Nuestra Liga Superior —tanto la femenina como la masculina— es una prueba fidedigna de que al dominar las tablas se logran más victorias, pues los elencos que encabezan ambos certámenes lideran este apartado: Capitalinos (14-6) y Ciego de Ávila (14-6) en el varonil, con Guantánamo (16-4) y Santiago de Cuba (16-3) por las damas.

Los campeones defensores de Miguelito Calderón se han adueñado del aro como nadie al bajar un total de 585 rebotes (187 ofensivos y 398 defensivos), pese a que el veterano de 35 años Eliécer Lima solo ha visto acción en 11 encuentros. Todos conocen sobre la saltabilidad de "El atómico", mas su conjunto ha tenido en los zurdos Orestes Torres, 108 (29-79), y José Cairo, 123 (53-70), a sus principales exponentes. Mientras, Joan Luis Haití impone su fortaleza física con 159 (51-108) por los Búfalos, 539 (167-372), seguido por los santiagueros, 538 (195-343). Individualmente sobresale el guantanamero Roberlandis Castillo, 201 (52-149).

En la lid femenina Guantánamo cuenta con un potente trío bajo los aros: Clenia Noblet, 219 (67-152), Yuniesky Bouly, 130 (63-67) y Nayara Ocaña, 111 (49-62). Así, las del Guaso acumulan 675 rebotes (280-395), muy por delante de Santiago, 528 (190-338), y Sancti Spíritus, 513 (168-345), este último guiado por Marlene Cepeda, 190 (77-113).

El rebote —sobre todo el defensivo— es un trabajo del equipo apoyado en las responsabilidades individuales. Con los jugadores se debe trabajar el aspecto técnico en aras de bajar más balones, pues las otras dos condiciones importantes, la estatura y la fuerza, están dadas por la constitución física del atleta.

 

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