Los niños se quedan en casa

RONALD SUÁREZ RIVAS

Quién sabe si dentro de algunos años la vida los traerá de vuelta, como ya ha hecho antes con otros pequeños que iniciaron en la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos su trayectoria escolar.

Foto del autorAsesorada metodológicamente por Educación, la casita de la Camilo Cienfuegos funciona del mismo modo que un círculo infantil.

Así, por ejemplo, sucedió con Jorge, actualmente un trabajador de la UEB Corralito.

Pero Mayra Germán, licenciada en Educación con 28 años de experiencia, no suele pensar en ello. Lo más importante —dice— es la preparación adecuada de todos los niños (46 la matrícula actual) para su entrada a la escuela, aprovechando las ventajas de un medio "mucho más rico de lo que se les pudiera mostrar en láminas".

El resto, lo dirá el tiempo, asegura esta mujer que en 1994 fue una de las fundadoras de la primera casita infantil creada en Pinar del Río.

Cuenta Luis Fernández, director adjunto de la Camilo Cienfuegos, que por estos años el índice de ausentismo se había incrementado significativamente, sobre todo de las madres trabajadoras, al no tener con quién dejar a sus hijos. De modo que la Empresa decidió impulsar esta experiencia, en busca de una solución al problema.

Para la iniciativa, la entidad aportó un local, y garantizó la base material de vida, la alimentación y el salario de las personas encargadas del cuidado de los pequeños, mientras que el asesoramiento metodológico quedó a cargo de Educación.

"Las casitas, atendidas por organismos, surgieron en todo el país a inicios de los años ’90, como una alternativa ante las dificultades para ampliar la matrícula de los círculos infantiles", explica Ibelise Turiños, jefa del departamento de Enseñanza Preescolar, de la Dirección Provincial de Educación.

Desde entonces, la medida ha beneficiado a los hijos de cientos de mujeres y hombres. Solo en la Camilo Cienfuegos, en 17 años de labor, serían alrededor de 500.

"El objetivo con el que fue creada la casita se ha cumplido. El ausentismo nunca más ha sido un problema pues, cuando salen a trabajar, las madres y padres saben que sus hijos quedan en buenas manos", asegura el director adjunto de la Empresa.

Por otra parte, el hecho de estar enclavada dentro de una entidad productiva posee ventajas adicionales. "A través de paseos y excursiones, nuestros niños tienen la posibilidad de ver animales, y también el funcionamiento de las distintas unidades, por tanto sus vivencias son más reales que las de otros que solo pueden conocer esto a través láminas", explica Cristina Concepción, una de las educadoras.

"Ello nos permite introducir en el juego los roles relacionados con el trabajo de la empresa, como el pastoreo del ganado y el ordeño mecánico, y poder desarrollar premisas sobre el valor de la laboriosidad", añade.

El resultado, según la jefa del departamento de Enseñanza Preescolar en la provincia, ha sido muy favorable, no solo en la preparación de los pequeños, sino en el vínculo con la familia y la comunidad.

Por ello, lejos de considerarla una carga para su economía, la pecuaria Camilo Cienfuegos hoy exhibe la casita infantil, no solo como una ayuda para madres y padres, sino como una de sus conquistas más preciadas.

 

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