El gobierno pakistaní desvinculó al presidente Asif Ali Zardari y
al primer ministro Yousuf Raza Gilani de la entrega de un memorando
secreto en que se pidió ayuda a Estados Unidos ante un eventual
golpe de estado.
Medios de prensa locales indicaron que en un informe a la Corte
Suprema de Justicia, el Ejecutivo convino además en que la Comisión
de Seguridad Nacional del Parlamento, integrada por diputados de los
principales partidos políticos, investigue el hecho.
De profundas resonancias políticas, el llamado memogate se desató
cuando en octubre último un influyente ciudadano estadounidense de
origen pakistaní, Mansoor Ijaz, reveló haber servido de
intermediario para entregar el documento al almirante Mike Mullen, a
la sazón jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano.
Ijaz aseguró haber recibido el mensaje de manos del entonces
embajador de Pakistán en Washington, Hussain Haqqani (quien después
renunció debido al escándalo) y dejó entrever que en el asunto
estaban implicados los máximos dirigentes de la nación surasiática,
sobre todo el presidente Zardari.
Según su versión, los gobernantes pakistaníes temían un golpe de
estado luego de la operación encubierta de un comando norteamericano
que el 2 de mayo culminó con la muerte de Osama bin Laden en la
ciudad de Abbottabad.
También hoy, la televisora privada Geo News refirió que al
comparecer ante la Corte Suprema de Justicia el jefe ejército,
general Ashfaq Parvez Kayani, aseveró que todo fue una maniobra
contra la institución castrense.
Kayani descalificó ciertos informes de los servicios de
inteligencia según los cuales el memorando nunca existió y que todo
fue una invención de Ijaz, a quien se señala como un hombre
estrechamente vinculado a la CIA y a los servicios de inteligencia
israelíes.
El memo si existió y, aunque no lo consiguió, fue un intento por
rebajar la moral del ejército, testimonió.
Considerado uno de los hombres más poderosos de Pakistán, Kayani
también se pronunció porque la Comisión de Seguridad Nacional del
Parlamento realice un examen completo sobre el mensaje a fin de
poner en claro los responsables, las circunstancias y las
implicaciones del hecho para la seguridad del país.
De acuerdo con Prensa latina, las incidencias en torno al
memogate han sido aprovechadas por los partidos de oposición para
exigir la renuncia del Zardari.
El martes de la semana pasada el dignatario sufrió un leve
infarto, según se dice a causa de las enormes presiones a que está
sometido, y viajó a Dubái para recibir atención médica. Reportes no
oficiales indican que la próxima semana estará de vuelta a
Islamabad.