El Senado de Estados Unidos tiene hasta la medianoche de este
viernes para decidir si aprueba la ley que asigna los fondos para el
funcionamiento del gobierno federal en 2012.
El proyecto contiene una cláusula que amplía el recorte de
impuestos a la nómina y las prestaciones por desempleo, medida
beneficiosa para el sector de clase media.
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos,
ratificó el miércoles la iniciativa con 234 votos a favor y 193 en
contra.
Sin embargo, los conservadores aprovecharon el paquete
legislativo para condicionar a la Casa Blanca la construcción del
oleoducto Keystone XL Canadá-Texas, programa al que se opone el
presidente Barack Obama, la mayoría demócrata en la Cámara alta,
grupos ecologistas y sindicatos.
Voceros de la administración criticaron a los legisladores del
partido opositor, y consideraron ese paso como un desafío a la
amenaza de veto de la Oficina Oval y advirtieron que el Capitolio
debe presentar otro acuerdo antes del descanso por Navidad, el cual
iniciará mañana.
Jay Carney, secretario de prensa de la Casa Blanca, subrayó que
la mejor variante sería que los legisladores logren un acuerdo
optimizado antes de que se tomen sus días de descanso por las
fiestas próximas al fin de año.
Esperamos que a última hora, los republicanos y demócratas del
Congreso acuerden proteger a la clase media y terminen su trabajo
sobre el presupuesto para 2012, declaró en una reciente conferencia
de prensa.
Incluso, la Casa Blanca estaría dispuesta a dejar de lado su
intención de aumentar los gravámenes sobre los ricos con tal de
lograr ese objetivo, señaló el diario digital Politico.com.
El Senado bloqueó en par de ocasiones en los últimos dos meses
similares proposiciones fiscales, apuntó Prensa Latina.
El líder mayoritario de esa instancia, Harry Reid, reiteró el día
14 que el plan, planteado de la manera que viene, no va a pasar de
aquí.
Lo anterior supone un atolladero que pone a las instancias
gubernamentales en riesgo de ser clausuradas a partir del 1 de
enero, por falta de financiamiento.
Recientes encuestas revelan que el 56 por ciento de los
estadounidenses apoya continuar con la reducción del impuesto sobre
la nómina.
La consulta indicó que los demócratas y los independientes son
los más fuertes partidarios de la continuación del puente sin
impuestos de nómina, mientras que los republicanos están divididos
en partes iguales.
Entre los conservadores, el 54 por ciento dijo que apoya una
prórroga, mientras que el 42 por ciento cree que debe terminarse.